Foto: de Ery Mar
¿Qué lecciones has aprendido durante este tiempo de reclusión obligatoria por la cuarentena del coronavirus COVID-19? He unas cuantas que hemos aprendido:
Esperar con paciencia: Saber esperar con paciencia, no es una virtud que tenemos todos, mas cuando no hay un plazo definido, una fecha específica. Gobiernos de todo el mundo están trabajando para sobrellevar la carga de la reactivacición económica, cosa no tan fácil de hacer. Como una persona que creo en Dios, me doy cuenta me doy cuenta que no tenía paciencia, no entendía la magnitud de esta palabra. me costaba esperar con paciencia la respuesta a mis oraciones, pese a que sabía las posibles respuesta (Si, No, espera). Pero durante este tiempo he aprendido que esperar en Dios es el único camino que nos queda, o de otro modo la ansiedad nos absorbe, la preocupación, el miedo y el temor nos abruma. Mientras que si, esperamos en las promesas de Dios, y creemos que se harán realidad en nuestras vidas podemos sobrellevar las dificultades.
Al inicio de este año dejé mis responsabilidades como Coordindaora Femenil Nacional de mi denominación, y determiné quedarme en casa, para monitorear, apoyar y cuidar a mis hijos. Por mas de una década realicé ese rol de servicio a las mujeres, rol que requería mi disponibilidad de tiempo para viajar. Antes que llegue la cuarentena, me sentía encerrada, sin ningún propósito, sentía que no estaba contenta con la decisión tomada, pero después de la cuarentena, el Señor aclaró su plan y todo vino con un propósito, enseñarme a quedarme en mi casa, a cuidar de mis hijos, fue un motivo para aprender a caminar de la mano de Dios cada día, mediante la oración y la lectura de su Palabra.
Aprendimos a leer, meditar y reflexionar en la Palabra de Dios: Durante la mayor parte de este tiempo hemos dedicado unos minutos a la lectura de la Biblia, la meditación, reflexión y oración, todos juntos. No fue fácil, ellos (mis hijos) son jóvenes, y no habíamos practicado la lectura desde que comenzaron a ir al colegio, ya se había perdido en la casa la costumbre de hacer un devocional juntos o el Altar Familiar. Pero este fue una oportunidad muy valiosa para mi vida y familia. Ellos están gozosos por haber descubierto datos históricos de la Biblia, leyéndola personalmente, y no solo por escuchar el relato por otra persona. Eso trae satisfacción, mas cuando uno enseña a sus hijos el respeto y amor a Dios y su Palabra.
Aprendimos a orar con fe: En los momentos de reflexión recordamos las promesas de Dios y estamos aprendiendo a orar específicamente, y no para adentro sino para afuera, orando por nuestra nación, por los administradores, por nuestra administración eclesial, y por nosotros. Cuando uno aprende que la oración no es solo una lista de peticiones, sabe que la mayor gratitud que siente es el orar por otros. Orar por las necesidades de nuestro tiempo, por la Presidente, los administradores, las personas que están cuidando a la nación en primera linea como los médicos, enfermeras, personal de seguridad, y personas que exponen sus vidas para llevar el alimento mas cerca de nosotros. Por lo menos podemos apoyarlos mediante la oración. Sabemos que la cosa no ha terminado aún, y que las prevenciones deben ser permanentes, pero confiamos que Dios nos dará la salida.
Aprendimos a orar con acción de gracias: Filipense 4:6 dice "Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias." Aunque en momentos sentimos que pudimos sentirnos ansiosos, o preocupados, pero no nos dejamos ganar por el temor a contagiarnos, porque sabíamos que si eramos os somos contagiados de cualquier enfermedad, Dios no nos dejará solos, él estará con nosotros, y sabemos que no debemos preocuparnos, sino que cada ves que hay una necesidad, debemos llevarla al Señor en oración y ora con acción de gracias, significa que debemos orar dando gracias por esta situación, por los medios de comunicación, que nos enseñaron buenos hábitos de higiene, por la oportunidad de compartir en familia. por poder quedarnos en la casa para cuidarla y mejorarla, ¿cierto? Porque hemos aprovechado de limpiar, acomodar los muebles, plantar jardines, cultivar flores, no se...tantas cosas que uno hace cuando se queda en la casa.
Creamos nuevos hábitos: Leer la Biblia en cierto horario matinal, cocinar en familia, limpiar su espacio personal, ayudar con la limpieza general de la casa, preguntar que falta para ir a comprar, porque al tener opción de salir solo en los días indicados, todos estamos pendientes de cuando nos toca salir, tener una lista de compras para cubrir las necedades del hogar. Gracias al Señor los chicos ya llevaban haciendo esto mucho antes de que llegara esta situación, y podían hacer las compras con prudencia y sabiduría. A veces las madres no estamos conformes con lo que el esposo e hijos le traen del mercado, pero gracias al Señor ya mis hijos pueden hacer ese trabajo.
Espero para usted logre ver las cosas positivas al margen de todo lo malo que trajo el COVID-19, que este agradecido con Dios por haber experimentado grandes cambios en su vida y familia, así como la mía. Sabiendo que los procesos de introducción de hábitos nuevos no ocurren de la noche a la mañana, que mas fácil es adquirir hábitos negativos que positivos, confío que Dios nos ayudará a todos los que estamos en ese caminar, a continuar con estas rutinas positivas en nuestro diario vivir.