Algo que me llama la atención es comprobar que cada vez hay menos niños que gatean y lo que hacen en su lugar es ?culear? o arrastrarse de manera asimétrica, dejando una pierna atrás y adelantando la otra o cosas similares.
Si vuestro pequeño no gatea, no es preocupéis, incluso después de haber aprendido a andar, a manera de juego, terminan gateando. De todas formas es importante para los papás conocer los beneficios de este ejercicio, para estimular al bebé e, incluso, realizarlo nosotros también, ya que para los adultos sigue teniendo muchísimas cualidades.
Lo principal es darle al niño oportunidades continuas y suficientes para favorecer el gateo. Es importante tener un lugar en el suelo que anime al niño a gatear, con una alfombra de tela o de goma para que la superficie no esté tan dura, y con algunos objetos que estimulen la atención del bebé, para que se anime a tratar de alcanzarlos!
Vamos a ver 10 razones por las que es importante que los pequeños gateen:
BENEFICIOS DEL GATEO PARA LOS BEBÉS:
1. El gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
2. Desarrolla el patrón cruzado que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
3. Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno.
4. Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de optómetras, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
5. El tacto y la información del medio. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones y texturas que siente. También, al gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de las caderas. Así percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarse con ella.
6. La braza: La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano es una medida universal. Con ella se acostumbra a medir el mundo circundante y se adapta más eficientemente al medio porque lo mide constantemente y va tomando la información espacial de manera ordenada. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante, y por eso cuando de mayor volvemos a un lugar de la infancia lo percibimos más pequeño de lo que era, porque entonces la propia medida de la braza era menor.
7. Ayuda a establecer la futura lateralización del cerebro: Uno de los hemisferios se convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar ambos a la vez.
8. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral óculo-manual: Esto les ayudará a poder escribir en el futuro. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
9. La función de agarre de las manos: Al poner la mano plana en el suelo se evidencia la percepción de que el dedo gordo está separado de los demás, y que tiene una función distinta a ellos, la de pinza. Esta percepción continuada repercutirá luego en el afinamiento y precisión de los trabajos realizados con las manos en el futuro: coger objetos con seguridad, recortar, escribir, etcétera.
9. Favorece la autonomía: Con el hecho de desplazarse hacia los objetos que le interesan le hace tomar sus primeras decisiones por sí mismo. Ya no necesita únicamente que le lleven de un lugar a otro, sino que por sus propios medios puede acercarse a lo que más le interesa. Esto significa que se da una apreciación del propio valor, a favor de la autoestima y de la conciencia de la propia identidad.
¿CÓMO FAVORECER EL GATEO EN LOS BEBÉS?
Hay muchas actividades para motivar al peque a gatear. En internet encontraréis numerosos artículos, vídeos y recomendaciones. No quiero hacer este post muy largo, por lo que os dejo un vídeo con sugerencias que me han gustado para favorecer el gateo:
https://www.youtube.com/watch?v=VGUDGM4M5s4
BENEFICIOS DEL GATEO EN LOS ADULTOS:
Si teníais alguna duda sobre si ?echaros” o no al suelo, aquí os dejo algunos de los beneficios de esta práctica :).
Favorece la función digestiva y el movimiento peristáltico de los intestinos gracias a alternar los brazos y piernas.
Tonifica y fortalece toda la musculatura de la columna, corrigiendo descompensaciones musculares y vicios posturales.
Libera las tensiones de la espalda por la postura erguida.
Mejora la elasticidad de tobillos y manos.
Tonifica y fortalece las cinturas escapular y pélvica, así como brazos, piernas y todas las articulaciones que los componen.
Tonifica y aumenta la resistencia cardiovascular.
En deportistas es recomendable gatear después de una competición, para evitar lipotimias y recuperarse más deprisa, ya que aumenta en flujo de sangre y oxígeno al cerebro.
Nuestras rodillas ya son muy duras para esta práctica y molestan al ratito de estar gateando, pero esto lo podemos mejorar si gateamos sobre una alfombra de tela o de goma, como he comentado anteriormente.
- Una curiosidad, si estás embarazada:
Se recomienda gatear a las embarazadas de más de 37 semanas cuando el bebé todavía no se ha colocado cabeza abajo, para que más tarde pueda encajarse.
Así, que ¡ya sabéis! Animaos a gatear un ratito con vuestros pequeños, y recordad: ¡El que gatea, se dirige a donde él desea!
Muchas gracias por estar ahí. No os olvidéis de dar vuestra opinión, o comentar cualquier duda o sugerencia.
Un abrazo muy fuerte!
Belén