Hace unas semanas os hablábamos de la lista de alimentos prohibidos para niños y embarazadas. En ese mismo post os mostrábamos un reportaje que hablaba de estos alimentos y ese mismo documento también mostraba el peligro que puede haber con las patatas fritas.
El problema viene a la hora de freir alimentos ricos en azúcares y aminoácidos a altas temperaturas (más de 170 grados), se genera un compuesto llamado acrilamida que puede aumentar el riesgo de padecer cáncer.
Aunque este compuesto puede estar en alimentos como el café o los cereales, la forma más común de consumir acrilamidas es a través de las patatas fritas.
La OCU da esta serie de consejos a los consumidores para consumir las patatas de una forma saludable.
El calor es el principal factor que hace que los azucares como la glucosa y el aminoácido asparragina se transformen en acrilamidas, por lo tanto, se recomienda cocinar las patatas en el microondas o con cocción frente a frituras, tostado u horneado.
En el caso de que se frían las patatas se deben freír a un máximo de 160º. Ha llamado la atención en los análisis que al freír unas patatas a 180º su concentración de acrilamidas se duplica.
Antes de cocinarlas, déjelas en remojo peladas y cortadas durante unos 15-30 minutos (con esto reducimos la cantidad de acrilamidas que se forman)
Cocinar el tiempo justo y no tostar demasiado las patatas ni el pan
Utilizar patatas nuevas que no hayan estado almacenadas mucho tiempo (esto hace que contengan más azúcar)
No reutilizar en exceso el aceite y optar por aceites de oliva o girasol alto oléico
Almacenar las patatas mejor en un lugar seco y oscuro que en la nevera (no deben estar por debajo de los 6-7 grados)
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