La Varicela nos ha atacado.



    Hace unos días buscaba qué hacer en estos días de vacaciones. Ja ja ja, ¿quién me iba a decir que llegaría un invitado sorpresa? Un invitado de esos que se te plantan en casa sin avisar y con intención de acampar en ella. Así, así ha llegado la Señora Varicela. Y así, de esa manera, se acabaron los planes vacacionales. Nada de parques, excursiones, picnics, búsqueda de dinosaurios, tesoros enterrados ni ninguna otra aventura. Nada, esta semana nos toca clausura. Clausura y rezar, verbo un poco extraño saliendo de mi boca o de mis dedos, para que a Papá Piojo no se le contagie.

    El piojo es uno de sus muchos compañeros de clase que han tenido la visita de esta invitada tan..., seamos irónicos y digamos simpática, aunque la simpatía la tiene no sé dónde. Sus compañeros de clases han ido cayendo uno a uno, como pobres moscas. Lo bueno es que los ha pillado en periodo vacacional. Sí, es fastidioso porque no puedes hacer nada pero, por lo menos, no pierden clases.
     Sí, ya lo sé son pequeños. Igual es que soy malvada- malvadosa al pensar en que podía haber pillado la varicela al volver a clase y, tenerlo en casa casi 3 semanas seguidas, me pone los pelos de punta. ¿Soy acaso la única a la que se le ponen los pelitos de punta al pensar en ello?

    Y el caso es que desde ayer estoy planteándome eso de que soy malvada-malvadosa. ¿Por qué? Resulta que whatssappeando con las mamás del cole comenté que hoy llevaría al  piojo al médico y una mamá, que tiene un bebé, se puso por las nubes. 

      ¿Cómo se te ocurre llevarlo al médico? ¡Vas a propagar el  virus! ¿No te da pena de los pobres bebés que van a revisión? Yo leí y releí los mensajes. Igual estaba leyendo mal. 

        Todos sabemos que cuando vamos al centro de salud o al hospital nos exponemos a venirnos peor de lo que fuimos pero ¿vamos a dejar de ir al médico? ¿Vamos a dejar de llevar a nuestros hijos? ¿Acaso los pediatras están sólo para las revisiones? ¿Acaso no tengo derecho a llevar a mi hijo a su pediatra? ¿Acaso soy médico para estar segura al 100% de cómo tratar a mi hijo?

      No, no sólo tengo el derecho sino la obligación de llevar a mi hijo al  pediatra y eso he hecho. Sin embargo, como soy consciente y comedida (nunca contesto en caliente lo primero que se me pasa por la cabeza) nada más llegar a mi centro de salud avisé en recepción y la pediatra me pasó para que el piojo estuviera lo menos posible en la sala de espera. 

       Ahora con el piojo diagnosticado y tratado. Habiendo actuado como me dictaba la cabeza y el corazón. Sólo me falta esperar que la simpática Señora Varicela no se haya encaprichado de Papá Piojo, je je je. No, no son celos, ja ja ja. Juro y rejuro que emigro. Pido asilo político. 

      No, no, no ¡me niego a estar en esta casa con un hombre enfermo!  ¡Ni de coña! ¿Imaginan la situación? ¿Acaso no parece que el mundo esté apunto de acabarse cuando les da un resfriado? ¿Se los imaginan con varicela? Es más, ¿los imaginan embarazados? Uff... no haría falta una glaciación para acabar con la raza humana, ja ja ja ja. Mejor reírme que llorar. Vuelvo a mis planes de hoy.

          ¿Cuáles son? Dibujos, juegos, cuentos, pinturas... hala volveré a coger mi caballero rojo que ha de luchar contra el verde...

Besitos Avainillados

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