Y yo me pregunto ¿Serán igual de interesantes que escuchar los monólogos de estos grandes genios durante 18 minutos?
Posiblemente no. Porque aunque la idea sea muy potente, saber transmitirla con un acting adecuado le da ese toque peculiar y personal que no tiene la palabra escrita por si misma.
Estos grandes speaks poseen el arte de la seducción en el discurso. Este es el gran hecho diferencial que existe entre una idea o una gran idea.
Por ejemplo, entre un político o un líder y quizá puedan estar hablando de lo mismo pero no olvidemos que la elocuencia es un don.La manera de ponerla en escena.
Aquí os dejo una de las charlas TED que a mi me emocionaron y que siempre guardo en mi recuerdo. “Las escuelas matan la creatividad” por Sir Ken Robinson. Al que después leí en muchas otras ocasiones.
Supongo que si lo hubiera leído no me hubiera calado de la misma manera.
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