Luis Martín Gómez
El ganador del Premio Nacional de Literatura Infantil 2003, Luis Martín Gómez, continúa apostando a los libros para niños(as) con su más reciente publicación "Mami: Operación elefante", cuya historia está inspirada en Mami, la elefanta de más de 60 años que murió en el año 2000, en el Zoológico Nacional.
"Mami: Operación elefante" es su segundo libro para niños. ¿Por qué se ha inclinado por la literatura infantil?
Me gustó la experiencia del primero, "El Hombre Grama y otros cuentos verdes y pintones", y me entraron ganas de trabajar otro, esta vez dirigido a niños de mayor edad que pudieran interesarse en una historia más larga y si se quiere más complicada. Pero no sé si la literatura infantil será una tendencia definitiva en mi obra; el tiempo dirá.
A propósito de que este libro está ilustrado por Elías Roedán, ¿cómo se da la sinergia entre un ilustrador y un escritor?
En mi caso, se ha dado muy bien, fluida y sin conflictos, tal vez porque he tenido la dicha de trabajar con dos excelentes ilustradores, Tulio Matos y Elías Roedán, que al mismo tiempo son excelentes personas. Creo que también ha ayudado el hecho de que durante muchos años fui creativo publicitario que laboró bajo la modalidad de "dupla" (un escritor y un ilustrador) y aprendí a trabajar en colaboración.
En la era de internet, ¿qué factores se deben tomar en cuenta a la hora de escribir para niños?
Seguir escribiendo buenas historias. El medio es coyuntural, ahora es internet, mañana será otro, que conviene usar como plataforma de difusión (por cierto, el libro "Mami: Operación elefante" tiene su respaldo digital en el sitio www.elefantamami.com). Pero lo fundamental, en esta Era y en la que vendrá, es hacer literatura de calidad.
Se dice que la literatura infantil no debe ser moralizante ni con funciones educativas per se. ¿Hasta qué grado es cierto esto?
No me disgusta que tenga esos elementos siempre que no se impongan a la función principal de la literatura, que para mí tiene que ver más con la emoción, con el placer estético. De hecho, desde que uno crea un protagonista y le asigna características y lo contrapone a un antagonista con valores diferentes, ya está sugiriendo algún aprendizaje, una preferencia por una forma de ser o por un ideal. Lo que hay que cuidar es que esto no te arrope el relato o te condicione el desarrollo o su final, que podrá ser ejemplarizante sólo si la historia lo requiere, pero no porque tenga que ser así.
Muchos dominicanos crecieron con literatura que obedecía a patrones extranjeros. Sin embargo, en la actualidad pareciera que la realidad es otra, pues hay varios escritores dominicanos escribiendo para ellos. ¿Podría decirse que la literatura infantil dominicana está en su mejor momento?
No podría afirmarlo porque no soy estudioso, académicamente hablando, de literatura infantil, ni soy crítico literario. Puedo hablarte como lector y decirte que admiro las obras de César Sánchez Beras, Aidita Selman, Lucía Amelia Cabral, Dinorah Coronado, Dulce Elvira de los Santos, Reynaldo Disla, Brunilda Contreras, doña Margarita Luciano, Rafael Peralta Romero, Farah Hallal... Ellos (y unos cuantos más que ahora se me escapan) dan buen testimonio de la salud de la literatura infantil dominicana. Por otra parte, no me gusta separar la literatura en extranjera o nacional, o en escrita por mujeres o por hombres. El rasero para la literatura debe ser, repito, la calidad.
Pregunta indiscreta: ¿escribir para niños vende en República Dominicana?
Hasta donde sé y por experiencia propia, escribir no vende en República Dominicana, ni para niños ni para adultos. Creo que siguen faltando lectores y gente que haga buen mercadeo. Las excepciones a la regla (Isael Pérez, Rafael García Romero) pudieran abrir un camino que conduzca a otra realidad. Ojalá.
¿Y a usted qué tal le ha resultado?
Mal, por supuesto, y con tendencia a agravarse, tomando en cuenta que me he empecinado en publicar con mi propio sello: "Mar de tinta", sin ser editor ni pretenderlo.
En el "Congreso de Literatura Dominicana Contemporánea: Tendencias y desafíos", el escritor Manuel Núñez dijo que hay diferencias entre un texto literario escrito por un periodista y un escritor. Siendo usted ambas cosas, ¿lo confirma o lo desmiente?
Lo confirmo, son cosas diferentes. Pero eso ya lo han explicado excelentemente el profesor Juan Bosch y don Federico Henríquez Gratereaux en sendos ensayos sobre el tema.
LECTURAS | 24 SEP 2014. SANTO DOMINGO.-