Cocinar o hacer repostería con niños pequeños es una gran experiencia para ellos y para mí. Es mucho mejor regalar experiencias que cosas.
Aprovechando las vacaciones de Semana Santa realicé este pequeño taller con dos sobrinos y una amiga. Tienen 3, 4 y 6 años.
Hicimos fresas con crujiente. Como los “alumnos” son muy pequeños, preparé antes los ingredientes. Sólo tuvieron que amasar el crujiente y ponerlo por encima de las fresas.
Además aprovechamos para hacer un experimento. La mamá de los niños, o sea mi hermana, está haciendo un máster de Dietética y Nutrición. Así que cambiamos la harina de trigo por harina de algarroba, que tiene color y sabor de cacao, y el azúcar por estevia. Pero no salió bien porque esa harina en el horno se quema, a pesar de haber puesto papel de aluminio por encima. En cambio hace unas tortitas con harina de trigo sarraceno, que están buenísimas.
Y mientras el postre se cocía en el horno, hicimos unos enanitos de plátano, fresa y chocolate que fueron devorados inmediatamente por todos los habitantes de la casa, abuelos incluidos.
Estoy segura de que recordarán este día durante mucho tiempo, más que si les hubiera regalado un juguete.
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