Mi perdón

“Decirle perdón a alguien es difícil pero bajarle el orgullo a alguien es lo más difícil” Cristina Orante
Hay que bajarle al orgullo y reconozcamos nuestros errores para sanar lo más importante: Nuestro Corazón.
Estos días de cuarentena dejan mucha convivencia con quienes vivimos y sobretodo con nosotros mismos, sobra tiempo y cada quien decide cómo ocuparlo o no hacerlo, constantemente vemos y escuchamos que quien no salga diferente de este encierro es que no aprendió nada, esto es y no es cierto, cada persona tiene su historia y sus prioridades,hay quienes sí escribieron el libro y hay quienes no han hecho nada y también está bien, cada uien hace lo que necesita y función para pasar de forma cabal con cordura este encierro.
En lo personal me he perdonado.
Si, ha sido un trabajo de mucho, mucho tiempo atrás y se que aún hay un largo camino, ya he escrito sobre el perdón y me parece que es algo muy importante para poder evolucionar y para poder vivir en paz.
No me refiero al perdón que se le solicita a alguien que lastimamos, no, es ese perdón que dejamos siempre en lo profundo del cajón porque tenemos prisa o cobardía en reconocer algo que se convierte en una espina, una noche de insomnio o una molestia en la que jamás pensamos porque nos estorban y nuestro ego lo aplasta, es duro reconocer que nos hemos equivocado con nosotros mismos y por eso es más cómodo dejarlo de lado. Eventualmente todo esto sino es atendido por nosotros mismos nos pasa factura de alguna forma.
Yo me he pedido perdón por varias cosas, por ejemplo, a mi niña interior le he pedido perdón por tratar siempre de cumplir y ser buena en todo, no estuvo mal, pero hubiera sido más divertido ser un poco más traviesa y no hubiera pasado nada si no entregaba una o dos tareas escolares, me exigí demasiado y si todo salió bien pero me presionaba mucho, hoy he entendido que las cosas pueden esperar y no pasa nada, si no tengo limones no tengo porque correr a comprarlos siempre puede haber agua de jamaica o agua simple y no pasa nada.
Me pido perdón por todas las veces que me queje aunque todo iba bien, por ver pero no observar y así perder un momento importante.
Me pido perdón porque en la duda deje pasar oportunidades.
Me pido perdón porque en mi enojo no quise hablarte y hoy ya no estás porque volaste al cielo y ya no hay lágrimas que alcancen ni palabras que puedas escuchar.
Me pido perdón por las cosas que no hice por miedo.
Me pido perdón por las veces que me vi al espejo y el reflejo no me gustó, por la forma en que me critiqué sin darme cuenta que lo que importa es el corazón y los sentimientos.
Me pido perdón por no querer darme cuenta y por ignorar mis presentimientos.
Me pido perdón por los incansables diálogos internos sin sentido y sin audiencia.
Por seguir intentando doblar la sábana de cajón y desgastarme en ello.
Me pido perdón por ser la más dura juez conmigo cuando debo tratarme con amor.
Son muchas cosas que tengo que perdonarme pero voy en buen camino.
El perdón está conectado con la bondad y el amor es la forma de bondad primordial para el perdón. Se bueno contigo mismo.
Los 40 estoy consciente que el auto perdón es liberador, es complicado porque nos lleva al auto reproche y al auto castigo en algunas ocasiones y a muchas personas las lleva a la autodestrucción por eso es importante aterrizar todo los que no nos permite avanzar dentro de nosotros mismos, hay que aprender a tratarnos de forma autocompasiva, aprendiendo de nuestros errores y aumentando nuestra autoestima, hay que soltar y dejar ir el pasado, solo de esta forma podremos realmente salir al presente y enfrentar el futuro.
Gracias por tu valioso tiempo.