Este fin de semana nos ha dado por limpiar, y como nos encanta jugar con el agua, ¿por qué no limpiar los cristales con agua?. “Mamá, te ayudamos”… y manos a la obra. Se lo pasaron bomba, eso sí, luego tocó pasar el mocho por el exceso de agua por todas partes, jajajaja.
Y no pararon de limpiar, por dentro y por fuera. Y ¡pasando el limpiacristales también! Toda una tarea de vida práctica, sí señor.
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