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Hoy te voy a contar cómo es la vida real detrás de las fotos y los textos del blog, y te voy a dar el consejo número uno que le daría a cualquier padre o madre, sean seguidores del método Montessori o no.
Es posible que alguna vez te hayas sentido abrumad@ al buscar información sobre Montessori y no saber por dónde empezar, al entrar en Pinterest y encontrarte con miles de actividades, tutoriales e imprimibles, al unirte a un grupo de Facebook y ver que la gente habla de materiales que no sabes si merece la pena comprar… Incluso puede que hayas leído algún post de este blog y hayas pensado “Vale, todo esto está muy bien, pero por dónde empiezo? Realmente mis niños van a hacer esa actividad o va a ser un desastre? Cómo voy a hacer toooodo eso si no tengo ni un minuto? Realmente merece la pena?”
Te cuento un secreto? Yo también he pasado por esos momentos, y de hecho todavía me pasa. Es cierto que cuanto más aprendo sobre Montessori más claro tengo cómo quiero educar a mis hijos, qué quiero ofrecerles y cómo quiero tratarles, pero eso no significa que siempre lo consiga!
A veces me paso horas preparando un material o una actividad y luego la veo acumulando polvo en la estantería y me siento frustrada… A veces miro mis tableros de Pinterest y me doy cuenta de que no hay tiempo para hacer todo lo que tengo pineado antes de que los niños crezcan… Mi casa no siempre está tan ordenada como en los posts que publico sobre nuestro ambiente preparado, mis hijos no siempre están tan concentrados, felices y adorables como en las fotos, y por supuesto yo no siempre tengo la templanza que puedo transmitir con lo que escribo; a veces levanto la voz, es algo totalmente anti-Montessori y además me siento fatal después de hacerlo, pero soy humana; a veces estoy cansada, o preocupada por otra cosa, o voy con prisa… y levanto la voz.
Pero hace unos días tuve una revelación gracias a uno de esos momentos en que levanté la voz. Era de noche, Alejandro había terminado de cenar y estaba remoloneando en vez de lavarse los dientes para que pudiéramos leer un cuento, Sara empezaba a impacientarse y yo veía que iba a tener que irme con ella a la cama y no íbamos a poder leer el cuento (que para mí es un momento sagrado), así que al final le dije a Alejandro “Que te laves los dientes YA!”, y un segundo después le dije “Ves? Al final he tenido que levantar la voz, que sabes que no me gusta”, no sólo le levanté la voz, además le culpé por ello. Él se quedó mirándome un momento, fue a la mesa de la paz, me trajo una pelota anti-stress y me dijo cariñosamente “Bueno mami, pues relájate con esto y yo mientras me lavo los dientes”…
Me dejó sin palabras, sólo pude sonreír y darle un achuchón. Me di cuenta de que a pesar de mis imperfecciones, a pesar de no poder seguir los principios Montessori el 100% del tiempo, a pesar de no poder hacer con mis hijos todas las actividades que me gustaría o de no poder tener todos los materiales, lo estoy haciendo bien.
Porque Alejandro me demostró que tiene empatía, que entiende cómo utilizar la mesa de la paz, me demostró (igual que me lo demuestra en muchas otras ocasiones) que los valores con los que quiero que crezca están ahí, aunque yo en algunos momentos bajos crea que no están porque no lo estoy haciendo del todo bien.
Te cuento todo esto para que sepas que no somos tan diferentes, que si yo he conseguido integrar la filosofía Montessori en mi vida tú también puedes hacerlo, y que no hace falta tener todos los materiales, hacer todas las actividades, ni siquiera leerse todos los libros sobre la pedagogía Montessori. Todo eso está muy bien, pero si sientes que no tienes tiempo, energía o dinero para hacer todo eso, hay una cosa básica que sí puedes hacer, y éste es el consejo del que te hablaba al principio del post: “Mantén la calma y sigue al niño”, grábate esta frase en la mente y repítetela cada día como si fuera un mantra. Porque si eres capaz de guiarte por este principio puedes tener la tranquilidad de que lo estás haciendo bien.
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Puedes hacerlo más abajo (después del texto en inglés) ^_^
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Today I’ll tell you what real life looks like behind the blog, and I’ll give you the number one tip I would give any parent, whether or not followers of the Montessori method.
It is possible that you have felt overwhelmed when searching for information about Montessori and not knowing where to start, visiting Pinterest and finding thousands of activities, tutorials and printables, or joining a Facebook group and seeing people talking about materials that you’re not sure if they’re worth buying… Or maybe you have read a post of this blog and you thought “Okay, this is cool, but where to start? Will my kids will do that activity or will it be a disaster? How will I do all that if I don’t have a spare minute? Is it really worth it?”
Let me tell you a secret: I also had those moments, and in fact still happens to me. It is true that the more I learn about Montessori the clearest I feel about how I want to raise my children, what I want to offer them and how I want to treat them, but that does not mean I always get it!
My home is not always as neat as in the posts I publish about our prepared environment, my children are not always as focused, happy and lovely as they look in the pictures, and of course I do not always have the temperance I can convey when I write; sometimes I raise my voice, is totally anti-Montessori plus I feel terrible afterwards, but I am human; sometimes I’m tired, or worried about something else, or in a hurry… and then raise my voice.
But a few days ago I had a revelation thanks to one of those moments when raised my voice. It was almost bedtime, Alejandro had finished dinner and was loitering instead of brushing teeth so we could read a story, Sara was getting impatient and I saw I was going to have to go with her to bed and would not be able to read the story (which for me is a sacred moment), so in the end I told Alejandro “You brush your teeth NOW!”, and a second later I said “See? In the end I had to raise my voice, you know that I do not like it “, not only I raised my voice, but I also blamed him for it… He stared at me for a moment, went to the peace table, brought me a anti-stress ball and said kindly “Well mom, then relax with this while I brush my teeth”…
I was speechless, I could only smile at him and give it a squeezehime a big hug. I realized that despite my imperfections, despite not being able to follow the Montessori principles 100% of the time, despite not being able to do with my kids all the activities that I would like to, or not being able to have all materials, I’m doing well.
Because Alejandro showed me that he has empathy, that he understands how to use the peace table, he showed me (as on many other occasions) that the values ??that I want to inspire in them are there, although in some low moments I believe they are not because I’m not doing all that well.
I tell you all this so you know we’re not so different, that if I have been able to integrate the Montessori philosophy in my parenting style so can you, and you do not need to have all the materials, do all the activities, not even read all the books about the Montessori pedagogy. All this is great, but if you feel you have no time, energy or money to do all that, there is a basic thing you can do, and this is the advice I was talking about at the beginning of the post: “Keep calm and follow the child “, imprint this phrase in your mind and repeat it to yourself each day as if it were a mantra. Because if you are able to follow this principle, you’re doing well.
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