Los desayunos, las comidas, los cafés, las cenas...todo siempre ha sido divertido, relajado, a veces con lagrimas ya que estas forman nuestra historia también.
Los postres nos reconfortan y nos unen.
Los últimos meses con pérdidas enormes y ganancias para el cielo.
La salud y la enfermedad han llegado y también se han ido.
Mi Abuela Mina decía "En la cama y en carcel se conocen los amigos", la verdad de joven no se comprende muy bien este dicho, hoy toma sentido y mucha fuerza.
Últimamente nos hemos reunido más en cadenas de oración por nuestros seres más queridos, nuestros corazónes se han unido en uno solo, en pensamiento positivo, en una misma plegaria a Dios, de forma espiritual nos hemos sostenido, me han ayudado a permanecer de pie y compartimos fuerza entre todas, mis hermanas de vida, mi familia por elección y vaya que me siento afortunada, pero sobretodo muy bendecida por todas ellas.
Hay amigas que tenía más de treinta años sin verlas y hoy están más presentes que nunca, lo que demuestra una vez más que el cariño no se pierde, permanece y se hace grande, el recuerdo lo alimenta y el presente tiene su oportunidad para demostrarlo sin reserva.
Mi amistad, agradecimiento y empatía de por vida, ojalá que a cada una de ellas se los pueda demostrar día a día, por lo pronto esta lealtad y tanto amor siempre estarán correspondidas.
A los 40 no se necesita de un día para festejar o dar gracias por las amigas, hoy doy gracias a diario, por las llamadas, las visitas, las oraciones, el silencio, la comprensión, los abrazos, las pláticas, los chats, las palabras dulces, en fin agradezco a la vida y a Dios esta suerte de familia que me ha regalado, mi cariño para todas siempre, yo también aquí estoy para todo momento. Gracias, que Dios y la Virgen las bendiga siempre!