Nuestra primera parada fue Pamplona, una visita cultural y gastronómica, la podéis recordar aquí. Después de Pamplona, seguimos rumbo hacia el norte, hacia la parte pre-pirenaica de Navarra, rozando ya con Euskadi para conocer la Selva de Irati.
Sinceramente, no había oído hablar de este paraje natural, pero me quedé bastante intrigada al saber que era el segundo hayedo más grande de Europa, después de la Selva Negra.
A pesar de que hay zonas bastante turísticas, nosotros escogimos hacer una ruta un poco más cañera, ya que estamos acostumbrados a hacer algo de senderismo.
Lo que fuimos encontrando por el camino, es mejor que juzguéis por vosotros mismos, por algo dicen que una imagen dice más que mil palabras.
Mares de hojas secas, entre el verde musgo
Hongos de colores en los verdes troncos
No os parecen una pasada los colores tan intensos?! Yo todavía estoy flipando.
La caminata fue dura, mirad sino como acabaron mis botas y pantalones de barro!
Pero los paisajes que fuimos encontrando y los ríos que saltamos a nuestro paso, hicieron que mereciese muchísimo la pena. Nos quedamos con ganas de más.
Y como todo esfuerzo, debe tener su recompensa, al acabar nos comimos unas pochas y un chuletón, ahí es ná! Recuperamos fuerzas rápido...bueno con eso y una buena siesta, je, je, je
Os animáis a conocer la Selva de Irati?! Si vais, avisadme que me apunto otra vez!