Creo que eso lo hace difícil.
Porque no solo son los cambios típicos de la etapa: físicos, psicológicos, emocionales, sino el hecho de que ni ellos mismos comprenden del todo qué es lo que les pasa y les es difícil liberarse de la dictadura voluble de sus emociones. Esa incertidumbre sumada a todos los cambios y las hormonas, afecta la manera cómo piensan, se comportan y reaccionan. Sienten que nadie los comprende, menos sus padres. Pareciera que en sus mentes, dar la contra o ser rebeldes es sinónimo de ser más grandes, más adultos, de crecer. Empiezan a cuestionarnos con más ahínco y se empeñan en querer hacer las cosas a su manera.
Pero esa incertidumbre, las hormonas y los cambios nos afectan a todos.
Para nosotros, como padres, es difícil no saber cómo manejar las situaciones y aún así tener que manejarlas; no estar seguros y aún así tener que corregirles; saber que nosotros somos los adultos y que debemos llevar las riendas aunque, poco a poco, tener que ir soltándolas. Es difícil aceptar que ya no son 100% niños y tratarlos diferente. Es difícil porque lo cuestionan todo. Y también porque vemos reflejado en ellos nuestros errores de ayer. Es difícil hacerles entender y ?sobre todo- aceptar, que si ponemos reglas, límites y disciplina es por lo mucho que les amamos.
Esta transición de la adolescencia es también para los padres.
Me pregunto ¿Cuán flexible soy? ¿Cuán dispuesta estoy a cambiar? ¿Tendré la sabiduría y criterio suficiente? ¿Podré conectarme con él? ¿Escuchará mis consejos? ¿Confiará en mí?
Mi hijo está entrando a la preadolescencia y yo, ya me estoy preparando para cambiar.
Artículo publicado en el Portal de Mamás Blogueras Peruanas el 30/04/2015
http://www.mamasbloguerasperuanas.com/2015/04/por-que-la-adolescencia-es-dificil.html