Primeriza, primeriza, y me pasa porque soy mamá muy primeriza.

Eres mamá primeriza, o lo vas a ser, y por primeriza, todo es mucho más grande de lo que realmente es. No es que lo exageramos, sino que al no saber qué es lo normal, lo más mínimo nos pone en alerta y se nos nota a km luz que somos padres primerizos. Claro que no es lo mismo ser papás primerizos con sobrinos cercanos, y embarazos cercanos, que esperar a tu primer hijo y que sea el primer sobri/nieto en la familia. Ni es lo mismo que seas el primero en tu grupo de amigos a que los otros ya hayan hecho camino, ¿no?

Mamá primeriza by sexy and mum


Por primeriza dejas que vaya todo el mundo a verte al hospital, y eso que ni hace 24 horas que has parido. Por primeriza te vuelves loca comprando todo para tu bebé aun antes de saber su sexo. Por primeriza cuando no sabes por qué llora, llora y llora... y lo único que piensas es en el suicido. ¿Somos primerizos? Bueno, quizás, pero lo importante es que eres primeriza porque lo único que quieres es que tu bebé esté perfecto todo el tiempo.

¿Y por qué no es lo mismo?

Vivir un embarazo de forma aislada es como subirte al space mountain de parís, sabes dónde vas pero no tienes ni idea de cómo va a ser. Y claro, si estás con gente que hace relativamente poco ha pasado por ahí, o lo has visto, es diferente. ¿Por qué? Por los consejos, por la forma de orientarte, porque aunque cada embarazo es un mundo, te pueden decir si es normal o no...

Pero claro, tu sigues siendo primeriza. Y por primeriza cualquier mínima cosa es enorme. Pero espera, que no me refiero solo a las cosas malas, y que por ello te vayas corriendo al hospital, o a no saber hacer bien las cosas porque eres primeriza, eso es otro tema, me refiero a todo en general y sensaciones en particular. Ver por primera vez la ecografía de tu bebé... ¿Te acuerdas de la sensación? Ir a escuchar por primera vez el corazón, verle la cara, sus movimientos, cómo se chupa el dedo...

Ayer subía en el ascensor con una niña del trabajo que está de 11 semanas y justo el día anterior había ido a hacerse la eco. Lo primero que hizo al verme fue sacar su móvil para enseñarme a su retoño. En el locker room estaba como loca enseñándole la foto a todas, y así se pasó todo el día. Emocionadísima. ¿Primeriza? Sí, claro que si, primeriza y loca de amor.

Creo que esa fiebre que nos entra a todas (y todos, oye) las primerizas se nos va pasando poco a poco. A unos antes que a otros, pero poco a poco se va suavizando. Y con ello no digo que con un segundo hijo no sea emocionante, ni que no te haga ilusión ver la ecografía de las 12 semanas, por supuesto que lo es, pero es diferente. Sientes felicidad, pero no esa necesidad imperante de hacerle saber a todo el mundo que estás embarazada y que mira qué guapo el bebé que estás esperando... ¿O quizás no?

Quizás sea que cuando me quedé embarazada, como el mundo de los niños me había pillado tan alejado y a años luz, como jamás había tenido el más mínimo interés por ello, cuando me llegó, lo hizo de golpe. Y como todo era tan nuevo y tan extraño, me flipaba de más. Y eso que había escrito algunos artículos explicando todo el proceso... ¡pero no me interesaba!

Yo puedo decir que sí, he sido primeriza y además de las buenas. Lo llevaba como un cartel luminoso en la frente. Me asustaba a la más mínima, cambié mi vida a mejor (dejé de fumar y me alejé de todo tipo de humos), intenté mejorar ese día a día, enseñaba a todo el mundo la eco de mi peque, me hacía fotos a todas horas de la barriga para enviársela a mis amigas y familia. Sí, fui la más primeriza y cansina de este mundo, pero fui la primeriza más feliz que haya conocido nunca (pocas primerizas he conocido, jajajaja).

Iri Sexy and Mum

Foto pixabay.com

Fuente: este post proviene de Sexy and Mum, donde puedes consultar el contenido original.
¿Vulnera este post tus derechos? Pincha aquí.
Creado:
¿Qué te ha parecido esta idea?

Esta idea proviene de:

Y estas son sus últimas ideas publicadas:

Hace tiempo que no dedico ni 5 minutos a abrir mi blog, pero como ya ha pasado en otros países, el coronavirus arrasa con todo. Arrasa con nuestra libertad, con nuestra rutina, con nuestros besos y ab ...

Recomendamos