Junio tradicionalmente es un mes con muchas emociones. Empieza el buen tiempo y los días se alargan, salimos más con familiares y amigos, y tenemos muy cerquita las vacaciones de verano después de finalizar el curso escolar.
Cerramos una etapa muy especial en la cual hemos vuelto a un nuevo curso después de terminar el anterior a marchas forzadas de forma excepcional. Nuestros hij@s han sido nuestro mejor ejemplo de superación personal, adaptándose a todo lo que acontecía con sonrisas y apertura (mientras que muchos papás llegábamos al límite intentando gestionar las nuevas situaciones conciliando al máximo). Y este año en el cole no ha sido menos: han llegado hasta final de curso con notaza en aprendizajes, asignaturas e inspiración personal.
En estos precisos momentos muchos papás buscamos campamentos para reorganizar la rutina veraniega familiar, tanto si es para gestionar el tiempo libre de los peques como para abrirles un nuevo mundo lleno de aventuras.
Pero muchas veces nos encontramos con que, por muy chula que vaya a ser la experiencia, nuestr@s hij@s no quieren ir de ninguna de las maneras.
¿Qué debemos hacer como padres?
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¿Cómo reorganizais el verano en tu familia? ¿Vas a llevar a tus hijos de campamentos? ¿Tienen ganas de ir o bien no les apetece?
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Fuente: este post proviene de Patricia Sánchez Psicologia, donde puedes consultar el contenido original.
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