Un colegio concertado de Murcia ha prohibido a un niño de sólo 5 años acudir a la fiesta de su colegio, porque sus padres no han podido pagar a tiempo los 170 euros que deben abonar mensualmente de cuota académica. Vale que todos somos iguales y que no es bueno hacer excepciones, pero estamos hablando de niños, de niños pequeños, concretamente y de su necesidad y su deber de divertirse como los demás.
¿Quién tiene o cree tener el derecho de denegarle a un niño de cinco años que disfrute como sus compañeros de las actividades propias de fin de curso? ¿Qué culpa tiene el pequeño de los problemas de solvencia económica de sus padres? ¿Soy la única que opina así?
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