Hola a todos y bienvenidos un día más!!!! Temía que la semana fuera eterna después del puente pero ya estamos en el ecuador y con ganas.
Y hoy toca truco, así que se me ha ocurrido hablar de lo que podemos hacer para que nuestros hijos quieran seguir pasando tiempo con nosotros aunque sean mayores y quieran volar solos, jeje. Y esto es tan sencillo como encontrar una diversión en común desde pequeñitos para que crezca con ellos, en mi caso fue fácil; la bicicleta.
Empiezo aclarando que no soy ninguna experta ni mucho menos, tan solo comparto mi experiencia, lo que he vivido y como me ha resultado a mí.
Esta senda la hicimos en bici muchas veces, nos encanta.
Muchos padres se quejan porque sus hijos adolescentes ya no quieren pasar tiempo con ellos, de repente se sienten mayores y claro, no les apetece ir al parque, o a pasear en familia.
Yo pienso que estas situaciones son normales, ellos tienen que tener su espacio e ir separándose de nosotros, tampoco es plan de tenerlos siempre pegados que a mí me preocuparía que no tuviesen amigos.
Pero creo también que es muy importante seguir haciendo algunas cosas juntos, en familia, para mantener el vínculo y para eso hay que ir preparando antes el terreno, desde chiquititos.
Si unos padres han permitido que sus hijos pasen la infancia sentados viendo la tele o jugando a la consola sin hacer nada juntos, sin fomentar las actividades en grupo, no pueden pretender que a los 15 años les acompañen a hacer deporte porque se aburrirán y agotarán por la falta de costumbre.
Pero si desde pequeños creamos una "rutina" de ejercicio familiar de modo divertido, esa rutina va creciendo con los niños y amoldándose a su vida.
La bici siempre ha estado presente en nuestras vidas, siempre.
En mi caso somos muy de bici. Mi marido siempre ha usado mucho la bicicleta y le trae muy buenos recuerdos de su infancia con sus hermanos.
Y yo...si hablo de bicis no puedo evitar emocionarme cuando recuerdo a mi padre enseñándome a montar, o las risas que pasábamos cuando mi hermana no aprendía a frenar y se caía una y otra vez mientras mi madre se tapaba los ojos desesperada para no verla caerse de nuevo.
Creo que es una experiencia que ningún padre ni ningún hijo debería dejar de vivir, eso sí que une.
Mis hijos han crecido sobre la bici. Primero los llevábamos en sillas portabebés en nuestra bici. Aquí es importante comprar unas buenas sillas, que sean seguras, y con ellas ya os podéis comer el mundo.
Y claro, luego llegaron las bicis de cuatro ruedas. Recuerdo muchas tardes paseando por sendas verdes de esas facilitas, ellos con sus bicis lentas y ruidosas y nosotros escoltándoles, uno delante y otro detrás.
Y cuando tenían 5 años se convirtieron en "niños mayores" y les enseñamos a montar en bici de dos ruedas, perfectamente ataviados con casco, coderas y rodilleras. Ainnnns, si hubiese podido, habría detenido el tiempo ese día.
Y claro, las excursiones empezaron a ser más largas, elegíamos entre todos una ruta y la hacíamos durante todo el día; comíamos junto a algún río, merendábamos en prados de hierba alta dejando las bicis allí al lado y llegábamos a casa deliciosamente cansados.
Nuestras dos rutas preferidas de entonces eran La senda verde de la Mina de la Camocha(ver la ardilla en el área recreativa era lo más) y La Senda del Oso, algo más dura pero maravillosa.
En Gijón tenemos el Parque Infantil de Tráfico, del que ya os hablé en alguna ocasión. Es un lugar donde nos prestan la bici o podemos llevar la nuestra, y es un circuito que simula un pueblo con señales, semáforos y pasos de peatones, lo que hace que los niños se familiaricen con la educación vial. Además hay unos cursos y les dan un carnet como el de conducir(si aprueban) y les permiten montar en karts los viernes de verano.
Pues muchas tardes de la infancia de mis hijos las pasaron en bici por este sitio, es la manera de hacer ejercicio, estar con más niños y aprender y además gratis así que no hay excusa.
Y aunque el tiempo pasaba, porque aunque yo quisiera detenerlo éste pasa inexorablemente, las excursiones de día completo nunca se dejaron de hacer, a medida que ellos crecían las adaptábamos a sus gustos(y al nuestro también, claro) y a sus horarios.
Esta foto tiene tres días, no encuentro la de mi hijo, pero ambos siguen acompañándonos en nuestros paseos ciclistas.
Creo que al llegar a ciertas y complicadas edades la clave está en no imponer nuestra presencia, buscar un día que ellos tengan libre y proponer el plan, pues si ellos ya tenían otra idea ir con nosotros es un fastidio, especialmente en plena adolescencia. En cambio si un día no van a hacer nada y les ofrecemos una alternativa chula y a la que están acostumbrados pues les puede apetecer.
Vamos, que en mi opinión practicar este deporte además de fomentar el ocio en familia es la forma de fomentar también la vida sana.
Mis hijos a día de hoy son bastante deportistas y usan la bici todo lo que pueden.
Cuando podemos hacemos excursiones en familia pero ahora también madrugan y se van con el padre a hacerse bastantes kilómetros.
Yo no suelo acompañarlos porque eso ya no lo aguanto, mi resistencia es limitada, puedo hacer una ruta de 20 km relativamente llana, pero 40 Km con cuestas empinadas no, me muero,jejejeje, prefiero ir a correr o me quedo escribiendo.
Y además de toda esta actividad familiar van con sus amigos a hacer rutas todos juntos. Creo que hacer este tipo de actividades de modo habitual hace que busques amigos afines que prefieran estar dando pedales que bebiendo o fumando.
Muchas veces veo familias enteras haciendo excursiones con sus bicicletas y me gusta porque la mayoría de ellas tendrán unos adolescentes que quieran pasar tiempo con sus padres y que seguramente optarán por un modo de vida sano.
Y me gusta tanto esta idea que para la Comunión que tengo este año voy a regalar una bici buena a mi sobrino.
Hace un par de años a mi sobrina le regalé cosas de surf porque es el deporte que hace con su padre, así que este año toca ciclismo.
Ya he mirado y estoy entre dos o tres modelos, hablaré con mi cuñada para concretar pero me gusta la idea para que ellos también fomenten las actividades sanas en familia.
Bueno, pues este era el post, que más que un truco es simplemente el enfoque que yo he dado al ocio en familia para tener siempre un nexo de unión y no perder las ganas de hacer cosas todos juntos, siempre adaptadas a la edad y al momento.
Resumiendo, para que nuestros hijos quieran hacer cosas con nosotros siendo ya mayores tenemos que encontrar algo que nos guste a todos y que sirva para todas las edades, porque por ejemplo los parques de bolas son geniales pero tienen límite de edad.
Y cuando ya tengamos una actividad que nos guste y que se puede adaptar a todas las edades, como en mi caso montar en bici, solo hay que integrarla en el ocio en familia y hacer que se enganchen proponiendo planes divertidos.
Y el resto ya sale solo.
Pues hasta aquí el post de hoy, deseo que os haya gustado y que a alguien le sirva de idea para fomentar el ocio familiar.
Mil gracias por leerme y nos vemos mañana con alguna reflexión.
Y vosotros;¿Hacíais cosas con vuestros padres siendo mayores?¿Los que tenéis hijos mayores hacéis cosas con ellos?¿Os gusta montar en bici?¿Recordáis con cariño cuando aprendisteis a montar en bici de dos ruedas?
Un beso enorme y hasta mañana!!!!!