El año pasado me pilló el toro, pero es que este año voy por el mismo camino, o peor, y es que te sales de una fiesta y te metes en otra. Y otra vez que San Valentín y carnaval se dan la mano y coinciden en el mismo mes, que si eres de apuntarte a todos los saraos y de hacer alguna cosita especial aunque sea pequeñita la cosa se complica.
Las super fiestas preparadas con mil y un detalles me pirran, pero esas party last minute en las que sin pensártelo dos veces das un bote y con cuatro cosillas que tienes por casa te sacas de la manga una fiestecilla especial, también tienen su aquel porque al fin y al cabo las mejores cosas pasan sin planearlas.
Y así, el año pasado sin tenerlo planeado ni nada preparado, con un par de cartulinas rojas, una Pelusa con ganas de hacer manualidades y una tira de madroños rosas, en un plin nos hicimos esta guirnalda tan amorosa.
Una tela rosa con lunares blancos, mantel, manteles individuales de corazones, unas letras de madera LOVE, unas tazas blancas con platos rojos eran todo lo que necesitábamos para una merienda llena de amor, eso, y preparar ese despligue de medios y vestirnos para hacer que cualquier momento y cualquier ocasión conviertan la vida en algo maravilloso y especial.
Este año estoy igual y aún no tengo nada preparado, pero seguro que ya se me ocurrirá algo aunque sea en el último minuto y exprés.
Y vosotras, tenéis ya algo especial para San Valentín en mente, o sois de las que improvisáis...
Espero que os haya gustado y si es así no os olvidéis de compartir en las redes sociales