Hace unos días una seguidora me envió un mensaje privado por Instagram para decirme que, aunque ella todavía no es madre, cuando lo sea quiere ser una madre parecida a mí, por el tipo de crianza que llevamos en casa con nuestros hijos.
Me emocionó y me pareció súper bonito, me dejó literalmente con la boca abierta.
Como NO quiero madres perfectas e infelices que vivan en base a expectativas irreales, le confesé que estaba muy agradecida por su comentario, pero que no es oro todo lo que reluce y que nosotros también nos enfadamos y tenemos conflictos en casa. Aún y criar con y desde el corazón respetando nuestra naturaleza y modo de ser (que en realidad es lo más importante de todo).
¿Y sabes qué me contestó ?
Me dijo…
Los enfados son parte inevitable de una convivencia, lo bonito es la manera de solventarlos
¡Y es que es totalmente así!
Los enfados aparecerán, y aunque podemos reducirlos para que no sean el pan de cada día, siempre habrá algún conflicto porque forman parte de la convivencia y de la vida.
Las emociones que no nos gustan como la ansiedad, el enfado, la tristeza o el miedo… aparecen. No podemos evitarlo. Pero lo realmente importante es qué hacemos con ellas. Cómo las abordamos para integrar su aprendizaje, y qué hacer para soltarlas pronto y que no sigan haciéndonos daño ni se repitan. En este sentido y sobre este tema te recomiendo encarecidamente que le eches un vistazo a la maravillosa película de Pixar Del Revés (Inside Out, 2015), en la cual aprendemos de primera mano cómo de importante es integrar todas las emociones para ser felices.
Y esto precisamente es lo que aprendemos con mi metodología Colibrí.
Se te apetece que hablemos las dos para descubrir qué emoción te está bloqueando y cómo convertirte en una auténtica mamá imperfecta y muy feliz, entonces me encantaría verte AQUÍ.
Prioriza tu felicidad y la de tu familia,