A esto se acerca una señora y empieza a regañarle diciéndole que la perra no es un juguete y que la estaba “molestando”. En ese momento estaba sentado a su lado levantándole la patita de atrás y había estado alzándola en brazos.
Me acerqué y le dije que el niño no le estaba haciendo nada malo, solo jugando.
La señora siguió regañando.
Esta señora no sabía que esta perra vino de la perrera con las orejas quemadas y muy asustada por el maltrato que vivió. Que en casa la hemos cuidado y mimado. Que adora al peque y disfruta de su atención como si la vida brillara para ella.
Esta señora no sabía lo que es maltrato de verdad, pero mi perra si lo sabe.
Yo ya no sé lo iba a decir.
Esta señora gruñona e histérica no se merecía saber.
La señora siguió regañando y al siguiente comentario me harté le dije que se metiera en sus asuntos.
A lo que me respondió:
“¡Que sepas que esto es denunciable!”
¿Denunciable? ¿Que mi peque juegue con su perrita y la levante en brazos?
De repente me imaginé a un policía diciéndola: “Señora, deje de hacernos perder el tiempo”.
Me dio pena la señora.
Oscilaba entre la pena y la rabia por segundos pero ella seguía regañando.
Así que la rabia ganó y le dije de nuevo que se metiera en sus asuntos. Nos dimos media vuelta y nos fuimos.
Pensé que la señora estaba tarada pero después vimos que sacaba comida para los gatos de la calle un poco mas adelante.
Los ISMOS de esta señora
En mi opinión en su actitud se dejan ver 2 cosas:– Adultocentrismo. Cuando piensa: un niño jugando, tiene que parar, tiene que aprender, hay que regañarlo, debe estarse quieto y respetar. (Arggg).
– Animalismo radical. Cuando esta señora piensa que el juego cariñoso de un niño con su perra es maltrato. Ains la de animalitos maltratados que hay que lo darían todo por una familia que les cuidase y les alzase en brazos.
Desde luego esta señora, en mi opinión, le da muy mal nombre al movimiento animalista.
En este caso, un animalismo infundado, histérico, estúpido.
La perra estaba feliz de tener las atenciones de su adorado amigo.
Reconozco que en ocasiones hemos tenido que decirle al peque que pare con la perra. Están aprendiendo y prueban los límites. La perra sabe también decírselo y cuando algo no le gusta le enseña los dientes y se va. Tonta no es.
Sobre los opinólogos
Pero en esta ocasión no le estaba haciendo nada malo.Y en cualquier caso sería yo quien pudiera regañarle. Ella no.
A la gente le encanta meterse en tu vida, sobre todo si tienes hijos.
Decirte cómo criar les encanta. Y regañar a tus peques recreándose en su adultocentrismo.
O decirte cuando haces cosas “aberrantes” cómo dejarles jugar con barro o pringarse o mojarse.
Con BeRitmo no vas a conseguir librarte de estos opinólogos, te diría que incluso los atraerás más.
Más porque vas a criar a tu manera y haciendo lo que de verdad es importante para ti.
Y que estos opinólogos te den igual!
Para BeRitmo aquí.
Llanos
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