Hace unos meses recordé que cuando era pequeña, mis hermanos de vez en cuando “inspeccionaban” el armario donde mi madre tenía las latas de conserva y demás alimentos no perecederos. Al encontrar latas de melocotón en almíbar y de leche condensada, le preguntaban:
-Mamá, ¿para que tienes esto?
Y mi madre contestaba:
-Por si viene alguien.
El caso es que casi nunca venía nadie y desde luego agasajar a un invitado con leche condensada habría sido bastante curioso.
Pero mis hermanos estaban al acecho para controlar cuándo caducaban tan exquisitos manjares y pedían permiso para comérselos. Y claro, todos participábamos en el festín.
Ahora yo sí suelo tener cosas para “por si acaso”. La semana pasada se me presentó una de estas ocasiones. A veces se puede improvisar una celebración con alimentos sencillos pero presentados de manera original.
Un ejemplo es el de la foto. Son frutos secos metidos en cucuruchos que imitan a papel de periódico, dentro de una mini caja de fruta.
También me gusta tener cestitas de pasta brisa o volovanes mini de hojaldre. Estan son cucharillas de pasta brisa con micuit de pato y confitura de frambuesa.
Estas patatas fritas de colores las compré en Carrefour. Las había visto en Francia hace años, pero aquí no habían llegado. Hace unas semanas las vi y las compré “por si acaso”. Y también me salvaron de un imprevisto.
Seguro que tú también tienes algún “por si acaso”.
Fuente: este post proviene de El rincon de la cerdita, donde puedes consultar el contenido original.
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