Arritmias cardíacas en el embarazo

¿Qué son las arritmias?

Es un trastorno de la frecuencia cardíaca (pulso) o del ritmo cardíaco. La mayoría de las arritmias que se reflejan durante el embarazo, son benignas.

Durante la gestación, es normal que a veces notemos algunas palpitaciones o arritmias en el pecho, son motivadas por el aumento del flujo sanguíneo. Ahora nuestro corazón tiene que trabajar a marchas forzadas para bombear más de un 50% de sangre que antes de la gestación. También aumenta la frecuencia cardíaca, es decir, tenemos más latidos por minuto que antes, y esto hace que el corazón se contraiga con más fuerza. Lo que produce que podamos sentir palpitaciones, taquicardias y/o arritmias con más frecuencia de lo normal.

Arritmias y embarazo

Durante el embarazo más o menos a partir del segundo trimestre, la tensión laboral y personal se potenció de manera que sufrí un fuerte ataque de arritmias y, posteriormente, me diagnosticaron bigeminismo ventricular.

Recuerdo que esa misma mañana estaba súper relajada. Me desperté, fui a desayunar tranquilamente, dí un paseo de media hora y al llegar a casa empecé a sentir algún latido más fuerte que otro. Seguidamente me tumbé en el sofá para ver si mejoraba, pero comencé a sentir las arritmias cada vez con más frecuencia. Recuerdo que llegó un momento de no retorno, donde solo sentía palpitaciones fuera del ritmo cardíaco. Fue entonces cuando me asusté y decidí bajar al hospital.

Estaba en la semana 29+5 de gestación, así que nada más llegar a urgencias me llevaron a ginecología para hacerme un control rutinario y comprobar que el bebé se encontraba bien. Después me bajaron de nuevo para realizarme un ECG (electrocardiograma).

Debido al avanzado estado de gestación, no pudieron suministrarme ningún medicamento, por lo que decidieron ingresarme en el hospital hasta que las arritmias fueron disminuyendo por sí solas.

Me comentaron la importancia de hacer un seguimiento por el cardiólogo, sobre todo para confirmar si se trataba de un episodio aislado o por el contrario refería un tratamiento específico.

Posteriormente en la consulta del cardiólogo, me dijeron que las arritmias eran benignas pero que presentaba un cuadro de bigeminismo ventricular. Este diagnostico, a veces se presenta por patologías previas, pero en mi caso, sin antecedente, fue motivado por el propio embarazo. Algunas veces, los embarazos provocan patologías cardiovasculares que pueden ser pasajeras o perdurar en el tiempo una vez finaliza la gestación.

¿Cómo calmar o evitar las arritmias?

En primer lugar es importante mantener la calma. Cuanto más nerviosa te pones más frecuentes se vuelven las arritmias y por consiguiente, más te asustas. Puedes tumbarte sobre el lado izquierdo de tu cuerpo, esto evitará que el peso del bebé presione sobre la vena cava y la sangre circule con más facilidad. Evitando también la presión sobre importantes vías sanguíneas. Lo que facilitará que tu cuerpo vuelva a estabilizarse.

Si pasado un tiempo prudencial no hay mejoría, continúas igual o sientes que las palpitaciones son más frecuentes o cobran fuerza, es recomendable que acudas a un centro de salud. Aunque las arritmias en la mayoría de los casos suelen ser benignas, a veces son motivo de alarma por lo que no dudes en acudir al médico para que te realice las pruebas pertinentes y valore tu estado y el origen del mismo.

Hacer ejercicio moderado de forma asidua, caminar 30 minutos al día, mantener una dieta equilibrada, evitar situaciones de estrés y no subir mucho de peso, son algunos de los hábitos que favorece el bienestar durante el embarazo.

¿Hay algún tratamiento?

La mayoría de los casos no precisa tratamiento. Pero igualmente y según las indicaciones del cardiólogo, el tratamiento para las arritmias está contraindicado durante el embarazo y la lactancia materna. Entiendo que esto dependerá mucho del historial clínico de cada paciente. En mi caso, por ejemplo, al ser arritmias benignas no era conveniente asumir el riesgo.

Desde aquel episodio, las arritmias continuaron pero de forma aislada, no volví a sufrir un ataque similar. Lo que fue un alivio sobre todo de cara al parto, ya que de lo contrario, se hubiese considerado de alto riesgo.

La información que se muestra en el artículo no debe ser sustituida por la consulta de un especialista. Si tienes cualquier duda relacionada con tu estado de salud, debes consultarla con un profesional del ámbito sanitario.

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