Esto es algo que sorprende a muchas familias. Lo que me parece lógico teniendo en cuenta que en el sistema público y convencional de educación, la enseñanza de las letras se inicia a los ¡3 años!
La verdad es que cada vez que veo a un niño de 3, 4 o 5 años (y veo muchos en todos los colegios en los que trabajo), sentado obediente en una silla, haciendo fichas innecesarias de grafomotricidad, repasando y copiando letras, y silabeando palabras con dificultad, es que se me encoge el corazón. ¡Esos niños deberían estar jugando y explorando libremente, experimentando con sus sentidos y con el movimiento de su cuerpo! Porque si no hacen esto, ¡se están saltando un montón de pasos previos y necesarios para adquirir correctamente la lectoescritura!
Muchos padres pueden decirme, ¿pero cómo cuestionar el trabajo profesional de los maestros y maestras? Si lo hacen así, será por algo. Bueno, no tengo una respuesta rápida para eso, son diferentes circunstancias las que han llevado (en el revelador documental "La educación prohibida" te lo explican muy bien) a la comunidad docente a entender que un sistema educativo basado en la calidad y la excelencia implica saltarse a la torera el ritmo de desarrollo de los niños y que los conocimientos, cuanto antes y en más cantidad sean, mejor.
Pero es algo que no tiene ni pies nicabeza, y los índices de fracaso escolar más altos de la historia y las tasas de alumnado con dificultades de aprendizaje más disparadas que nunca (y yo me dedico precisamente a atender este tipo de alumnado), hablan por sí solas. Menos mal que algunos maestros han abierto los ojos y están moviéndose hacia el cambio.
Lo más terrible de todo esto es que cuando obligamos a un niño a hacer saltos así en su desarrollo, ya nunca más podrá recuperar esas conexiones, que debería haber adquirido de forma natural con el juego y exploración libre. ¡Se las pierde! ¡Son oportunidades desechadas! Y son las que al fin y al cabo, le impulsarán a desarrollar todo su potencial de lo que la pedagogía Waldorf denomina "las capacidades intelectuales o superiores", donde tienen cabida los conocimientos. (Ya te conté algo de todo esto en la entrevista tan enriquecedora que hice a las maestras fundadoras de la Fundación Es Niu y que puedes leer aquí).
Por eso, la lectoescritura, sin prisas, cuanto más tarde se inicie mejor. Antes hay un montón de pasos previos que es preciso estimular y desarrollar para poder adquirirla correctamente.
Así que sinceramente, para mí no es motivo de orgullo que un niño de 4 años ya sepa leer con letra minúscula, me parece un niño no respetado. Porque apostaría a que no ha aprendido a hacerlo solo, por su propio interés autodidacta, sino que se tratará de un niño sometido a horas y horas de entrenamiento forzado.
Como apunte, decirte que los niños Waldorf (que no han visto ni una ficha, ni un abecedario en todo el Jardínde infancia), cuando llegan a primaria, suelen aprender a leer y a escribir con fluidez en poco más de un mes (hay estadísticas publicadas del Ministerio de educación alemán sobre ello) y antes de noviembre suelen ser ya de los primeros de la clase. Además como ya están de verdad preparados, llegan a primaria muy motivados, porque se les despierta esa curiosidad e interés natural por aprender, que es lo que nos encargamos de aniquilar si les empezamos a presionar con la lectoescritura y las matemáticas antes de tiempo.
¿Y cuáles son los pasos previos que hay que reforzar antes de lectoescritura?
A grandes rasgos podemos decir que los aspectos que se deben reforzar con el juego libre y las actividades de la vida cotidiana son dos:
Psicomotricidad gruesa y fina, y lateralidad:
Esto se consigue principalmente con el movimiento del cuerpo y de las manos.
Es bien sencillo, ¡los niños necesitan movimiento! Por eso es muy importante que los niños tengan muchas oportunidades de correr, saltar, trepar, columpiarse, rodar,… (Próximamente publicaré un post sobre nuestros juegos de exterior, para que te hagas una idea de lo fácil que es acondicionar un espacio para que los niños puedan moverse con libertad, por lo que aquí no entraré en ello).
Y a todo esto, añadir actividades manuales con sentido (es decir que sirvan para algo, no solo para entrenar) que les permitan trabajar la precisión, la pinza, el trazo,… (Más abajo te explico algunos ejemplos).
Lenguaje y consciencia fonológica:
Las canciones, los cuentos, las rimas, los trabalenguas, los juegos de dedos… ¡Cuantos más mejor! Que el niño juegue y experimente con su voz, con las palabras y sonidos, esto creará la mejor base para que más adelante pueda integrar y automatizar las reglas de conversión grafema-fonema y viceversa (es decir la lectura).
Para lograr todo esto, algunas propuestas:
Rimas y juegos sonoros:
No me cansaré de recomendar todos los materiales de rimas y juegos que edita Tamara Chubarovsky, logopeda holística Waldorf, para trabajar precisamente toda esta parte del lenguaje que te comentaba.
De entre sus materiales, el de rimas y juegos sonoros es una base excelente para integrar sin darnos cuenta, las letras y sus sonidos con el movimiento del cuerpo. Mira algunos ejemplos para la letra T o la letra J.
(Por cierto, ¿te he dicho que Tamara ha aceptado ser una de nuestras madrinas para Mamamorfosis? Y también haremos alguna acción en el blog con ella cuando publique su nuevo libro, ¡que estoy deseando tener en mis manos!)
Actividades cotidianas:
Esto es algo que sostiene también la pedagogía de María Montessori (al final todas las pedagogías alternativas confluyen en la misma base) y es la importancia de que los niños hagan actividades cotidianas, de la vida diaria, lo que les ayudará, entre otras cosas, a entrenar muchos movimientos de psicomotricidad fina, como la pinza por ejemplo.
Lo interesante es que sean actividades que sirvan para algo, que le den un sentido al niño de cómo funciona el mundo. Por eso no soy partidaria de ese tipo de juguetes que tienen un montón de cerraduras, cremalleras y cosas por el estilo. En cuanto el niño comprueba que abre y cierra "para nada" se aburre a los dos minutos, los siente como artificiales.
Algunos ejemplos que hacemos en casa:
Tender la ropa:
Sunflower tiene su propio tendedero en la terraza y es la encargada de tender su ropita, algo que le encanta hacer. El movimiento que exige usar las pinzas de la ropa es un gran entrenamiento.
Usar diferentes tipos de pinzas:
Ahora en verano siempre ponemos cubitos de hielo al agua, y por supuesto tenemos una encargada bien dispuesta para ello.
Hacer un plin-plin:
Ya te expliqué aquí cómo se hace la famosa pulsera multiusos Waldorf. El cordón tan bonito que resulta lo usamos para muchísimas cosas, entre ellas para colgar las chaquetas y los abrigos.
Hacer el movimiento de tuerca:
Es un ejercicio súper importante para reforzar la psicomotricidad fina. En casa Sunflower lo hace a menudo con su prensa de flores, le gusta mucho montarla y desmontarla y guardar sus preciados tesoros que encuentra en el campo, y créeme que ¡le lleva un buen rato quitar y volver a poner las tuercas!
Coser y bordar:
El tema de las manualidades y labores Waldorf es algo que me apetece explicarte en profundidad próximamente, pero como adelanto, decirte que cosiendo o tejiendo, los niños entrenan muchísimo más que la psicomotricidad fina, y por otra parte les encanta hacer.
Este kit de bordado que tenemos, lo conseguimos en Globo Kids, esa tiendecita tan alternativa de Palma de la que te hablé en Facebook, que nos ha enamorado.
Manualidades precisas:
Esta misma semana hemos estado jugando a decorar bolas de porexpan con lentejuelas y alfileres. Ya sé que todavía falta un montón para Navidad, pero nos gusta prepararnos con tiempo, ¡y el resultado es muy bonito!
Juego para integrar las bases de las letras:
El primer día de clase de primero en una escuela Waldorf, los niños se encuentran dibujadas en la pizarra, las dos formas geométricas fundamentales, una recta y una curva.
Mira que es sencillo, pero todas las letras (y no solo las letras) se constituyen a partir de rectas y curvas, no son más que eso.
Por ello, un acercamiento al mundo de las letras, es jugar con rectas y curvas. Este kit de piezas de madera, que también conseguimos en Globo Kids, ¡es perfecto para ello!
Jugando con ellas los niños pueden integrar sin darse cuenta las formas de las letras, porque las montan y desmontan a su gusto, y no solo eso, sino que también les sirve para el juego creativo y de construcciónde formas más complejas.
¡No me puede gustar más! En esta fase es importante destacar que no hay que sentarnos con el niño y decirle "mira una A se forma así". ¡No! No importa nombrar ni tan siquiera cuáles son las letras, se trata de que los niños jueguen a copiarlas, o no, simplemente a hacer las formas que les apetezca, pero así sin darse cuenta las vivenciarán e integrarán en su cuerpo y cuando llegue el momento, conectarán esas formas básicas, que han manipulado y tocado tanto, con su sonido correspondiente, será como un clic, algo mágico.
Podría seguir enumerando propuestas, pero creo que con estos ejemplos ya te has hecho una idea de que es posible preparar la lectoescritura de una forma natural y no invasiva.
Y después, cuando ya sí que sea el momento de aprender la lectoescritura, la pedagogía Waldorf utiliza un método muy visual y holístico, que es justamente el que yo utilizo para hacer reeducaciones con mis alumnos disléxicos y que es con el que mejores resultados he obtenido, por lo que me gusta mucho. Más adelante, te explicaré en qué consiste.
Y si tienes alguna duda o comentario, por favor, ¡estás en tu casa!
<< ¿Cómo va a leer si no conecta lo que ve con lo que oye? ¿Cómo va escribir si tiene que concentrarse en permanecer sentado en la silla? – Tamara Chubarovsky>>
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