Cada vez es más frecuente escuchar lo evidentes que son los beneficios de la natación. Para todas las edades, tipos de organismo, de piel, para todo tipo de salud, nadar es siempre beneficioso.
Los más pequeños, los bebés de apenas dos meses (o de ocho, según otros expertos) ya están capacitados para zambullirse en el agua, nadar, bucear y hacer todas esas peripecias que nosotros comenzamos a practicar a cierta edad y con mucha cautela.
Todos los médicos y educadores infantiles señalan lo gratificante que es para los niños aprender a nadar cuanto antes, eso sí, existen algunas indicaciones, que hemos de seguir si estamos con bebés en el agua: que el ambiente sea lo más atractivo a sus ojos posible (juguetes, colchonetas, gente de confianza alrededor, incluso música) que el agua esté a 32 grados, y sobre todo, que la madre esté totalmente disponible para el bebé, ya que ésta es su mejor y único apoyo al principio.
¿Practicáis la aquaterapia con vuestros bebés?
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