Los niños en su mayoría sienten una gran atracción al agua. Para ellos, el medio acuático supone un lugar donde disfrutan y se divierten con los numeroso juegos que se pueden desarrollar dentro de él. Sin embargo, no todos los casos son así, hay bebés con miedo al agua lo que causa un problema a corto plazo (ya que el niño tener pánico al momento del baño) y que puede agravarse en el momento en que el niño tenga que aprender a nadar, lo que implica también peligros futuros cuando el niño vaya a piscinas o playas.
¿Por qué aparece ese miedo? Es difícil de explicar. Al igual que otros miedos, el rechazo al agua se produce de la misma manera ante el aprendizaje de una nueva habilidad. El miedo puede responder a una inseguridad física o incluso a alguna amenaza psicológica que pueda provenir de los propios temores que los adultos proyectan en los niños, de alguna experiencia negativa en el agua o de una práctica pedagógica inadecuada cuando se inicia el aprendizaje de la natación.
Conseguir que los niños disfruten del agua es fundamental, por ello, debemos tomar distintas pautas para que lo logren. En primer lugar, la temperatura del agua es muy importante. Debemos evitar las temperaturas muy altas y muy bajas del agua, ya que puede asustarle y romper su llanto. Además, tenemos que llenar la bañera con un nivel de agua adecuado para su edad, porque así nuestro pequeño ganará bastante seguridad. Es muy útil jugar con los niños cuando estén en el agua, pero debemos prescindir de los chorros de agua directos sobre el niño, ya que suelen asustarles bastante. Es mejor jugar con una esponja o un pequeño cubo que pueda estar a su alcance y convierta el momento del baño en algo divertido.
Son trucos muy sencillos que nos ayudan a que nuestro pequeño vaya perdiendo poco a poco el miedo al agua. No tengas prisa por conseguirlo, pasito a pasito, lo conseguiréis.
¿Tiene tu bebé miedo al agua?
Imagen: Matt Cunningham/flickr