INGREDIENTES:
PARA LA MASA:
500 gr. de harina de fuerza ? 100 gr. de agua ? 170 gr. de leche entera ? 1 sobre de levadura de panadero ? 25 gr. de aceite (son 5 cucharadas - teaspoon)
PARA LA PREPARACIÓN
50 gr. de bicarbonato ? 2 litros de agua ? 1 huevo ? sal gorda
La masa de los bretzels es muy sencilla, no tiene ningún misterio. Lo que convierte a este bollo salado en un bocado especial y en un reto para mi, es esa corteza exterior que le da un sabor característico. Y también es importante aprender a darles su forma de lazo.
Para preparar la masa, empezaremos haciendo un prefermento para que el resultado final sea más esponjoso. Para eso, ponemos en un bol 100 gr. de harina, otros 100 de agua y el sobre entero de levadura. Lo tapamos con un trapo seco y esperamos un rato.
Cuando veamos que nuestro prefermento burbujea (como veis en la fotografía 1), echamos el resto de los ingredientes de la masa. Vamos amasando hasta que esté todo integrado y podamos formar una bola (como en la fotografía 2). Esta masa es muy cómoda de trabajar porque no es nada pegajosa.
Dejamos nuestra masa levar, tapada de nuevo con un trapo, hasta que doble su tamaño (como veis en la fotografía 3). Entonces, llega el momento de dar forma a nuestros bretzels.
No se os van a pegar a la mesa. Eso si, la masa se va a resistir bastante a que la estiréis. Tenemos que formar unos rulos estrechos y bastante alargados. Cuando tengamos todos, empezamos a formar los lazos así:
Primero, hacemos una U. Cruzamos las puntas. Volvemos a cruzarlas y las levantamos para unirlas a la parte superior del lazo. Apretamos y pellizcamos la masa hasta que este pegada, y les damos la vuelta. Ya está!
Una vez formados todos los bretzels, los dejaremos levar de nuevo sobre papel de horno y tapados con un film. Cuando veamos que han vuelto a doblar su tamaño, iremos a por el toque final: la corteza exterior.
Llenamos una cazuela con 2 litros de agua y le añadimos el bicarbonato. Cuando empiece a hervir, vamos echando los bretzels y los cocemos 20 segundos por cada lado. Tenemos que darles la vuelta con cuidado de que no se despeguen y se deshaga el lazo.
Los volvemos a poner sobre el papel de horno, los pintamos con el huevo (para que se doren mucho más) y les echamos sal gorda por encima.
Los metemos al horno (precalentado a 230 grados) durante 12 minutos y, después, los dejamos enfriar sobre una rejilla.
Ya sólo queda disfrutar como locos de este bocado. Y no los guardéis demasiado, que se secan muy rápidamente. Comed todos los que os apetezcan!!
Ya véis que no es una receta difícil. Sólo os hace falta tiempo para respetar todos los levados y un ratito para dar forma a la masa. Merece la pena. Prometido!!
¿Hay algún apasionado de los bretzels más en la sala?