¿Pero saben estos padres lo nocivas que pueden llegar a ser estas prácticas? Ya se habla de las “pantallas adictivas” y es que tanto las redes sociales, como los juegos y las aplicaciones se basan en el funcionamiento cerebral y en los circuitos de recompensa del cerebro, para poder así, asegurar su éxito.
Cada vez que miramos una pantalla, obtenemos información y eso siempre nos gusta, cada vez que nos dan un like nos produce satisfacción, cada vez que jugamos a un videojuego nos divierte…y es que todas y cada una de estas prácticas activan nuestros circuitos de recompensa ya que generarán dopamina en nuestro cerebro, la hormona que nos proporciona felicidad, y esto favorecerá el hecho de que desarrollemos una adicción.
Así pues, en diversos estudios, se ha podido comprobar como la alteración que se produce a nivel de la química cerebral de los niños que pasan mucho tiempo frente a estos dispositivos, es muy similar a la que se produce en personas adictas a por ejemplo el alcohol u otras drogas.
Además, hay otros estudios que demostrarán que los niños y los adolescentes que pasan muchas horas frente a internet y las nuevas tecnologías tendrán menos conexiones neuronales que los niños que no tienen tal contacto. Esto afectará a aspectos tan importantes como al aprendizaje.
Además de a otros niveles, el impacto también se dará a nivel cognitivo puesto que los “niños tecnológicos” desarrollarán más pensamientos pesimistas y por lo tanto serán más vulnerables a desarrollar depresión.
La sobreexposición generará sobreestimulación, lo que podrá causar ansiedad y/o problemas de sueño, lo que conllevará un condicionamiento en las demás áreas del niño.
Todo esto es sólo un ejemplo de aquello que puede causar lo que a priori se puede considerar un mero entretenimiento. Una vez más, el control parental puede ser la clave para la prevención y también la solución.
Y es que partiendo de nosotros, los adultos, que somos sus modelos a seguir. El autocontrol en el uso de las tecnologías evitará, en gran medida, la imitación de los más pequeños y el exceso de presencia y por tanto de impacto en sus vidas.
Así pues, será importante el tener en cuenta, que el cerebro humano se desarrolla de los 0 a los 16 años fundamentalmente, y que se considerarán los primeros 7 años el periodo más importante. Destacando de los 0 hasta los 4 años, como el periodo clave del desarrollo cerebral, en el que se desarrollarán aspectos como el lenguaje y la capacidad de la comunicación o del entendimiento.
Por lo tanto, que los niños jueguen, lean o interaccionen con sus familias y amigos hará que éstos sean realmente más felices y sufran menos consecuencias negativas, algunas de ellas tan graves, como pueda ser cualquier otra adicción.
Un NO al exceso de tecnología, empezando por nosotros los adultos, podría ser la mejor prevención.
Autora Marta Camacho (Psicologos de Psicomaster)
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