El de hoy no será un post técnico. Entre otras cosas porque poco puedo contaros yo sobre ajustes de cámara si soy alumna en prácticas. El de hoy es un post de sensibilidad. De estar alerta y de fijarse en los detalles y el conjunto de una escena que nos transmiten sensaciones. Hoy os hablaré de
S E N S I B I L I D A D
Hace ya casi dos años que os hablo desde el blog y la evolución fotográfica ha sido mucha y muy positiva. Sin embargo, soy de esas que se resiste a aprender esa parte tecnológica porque me aburren sobre manera las clases de ISOS, obturación, aperturas y exposiciones. Que se lo pregunten a Mr. Columpio que por más que lo intenta, no es posible hablar de ello durante más de dos minutos seguidos. Por eso me decidí a empezar el curso de Hello Family con Jessica Davey y darle una oportunidad a la fotografía si tener al maridín detrás preparando las luces y configurando la cámara para que una servidora le diera al click. Ya está bien. Quiero ser independiente y salir por la tarde, un día soleado y freír a fotos a mi modelo preferido…
Así que todas las fotos que veréis en el post de hoy han salido de mi dedo índice. Y aunque tengo mil cosas que aprender y muchos fallos por delante, no puedo estar más contenta con el resultado. Por fin entiendo mi canon.
El curso de Hello Creatividad me gusta especialmente por dos motivos:
1. Porque la parte técnica se va dando poco a poco, a pequeñas dosis y siempre mezclada con referencias a saltarse normas. A romper reglas, a buscar estilo y en definitiva, a explorar
2. Porque veo el trabajo de mis compañeras, me inspiro y me “pica” un poco para ayudar a superarme
Unas cuantas verdades cuando fotografías niños
1. Los niños se mueven. Lo hacen constantemente. No paran. Son como una olla a presión.
Por eso aprender a manejar correctamente la velocidad de tu cámara es una necesidad imperiosa.
2. Los niños hacen lo que les da la gana. Son imprevisibles y no estarán ahí, mirando a tu objetivo para que mamá o papá saquen la foto. Se acabó eso de “niño, mira al pajarito”, voló.
3. Los niños desean sobre todo, divertirse. Así que saca tu cámara y haz un poco el indio por las calles de tu ciudad.
4. Todos salimos mejor cuando no sabemos que nos están grabando. Por eso, intenta ser “invisible” a sus ojos. Pasa desapercibido.
Estas fotos corresponden a dos días. Concretamente ayer y antes de ayer. Los escenarios son bien sencillos y accesibles. Un parque cualquiera y un pequeño campo de trigo justo a la vuelta de la esquina de mi calle. Es lo que tiene vivir en el campo. Y la hora, el atardecer. La que proporciona esos pequeños destellos dorados que tanto nos gustan en la fotografía.
Si eres como yo, que te gusta aprender a la vez que toqueteas todos los botones de la cámara sin saber, este es tu curso de fotografía familiar.
Y qué os voy a decir, que me voy a tener que apuntar ahora a un curso de maquetación (para volver a recordar todo lo aprendido en la facultad) porque creo que me van a faltar estanterías donde poner los álbumes de fotos…
Yo pienso seguir aprendiendo a darle a click. A hacerlo con sensibilidad y sentido. Y por supuesto, a dejarme llevar…
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