Básicamente me he dado cuenta que somos capaces de realizar una actividad toda la familia junta. Yo pensaba que nos dispersaríamos, que los niños acapararían toda nuestra atención o que simplemente no podríamos disfrutar ni visitar determinados lugares. Aún así, no había caído en que este tipo de experiencias cuentan con programas de actividades para niños, en los que ellos realizan actividades y juegos adaptados. Por otro lado, los padres, tenemos nuestro propio grupo donde también realizamos actividades.
De hecho, mientras nosotros estábamos en clase de inglés en la academia, los niños ya tenían su propia organización con programas de clases adaptados. Todo ello no quiere decir que nosotros no hayamos realizado actividades en común, pues los fines de semana había variados packs de actividades para toda la familia. Era un momento de encuentro, de compartir lo que hemos aprendido y de ganar confianza los unos con los otros.
Nuestor destino fue Atlantic Galway y aunque el tiempo no nos acompañó demasiado, he de decir que vengo con otra mentalidad, con las pilas cargadas y con ganas de nuevos retos. De hecho, haber aprovechado las vacaciones familiares para aprender una cultura y un idioma, sin duda, ha sido una bonita elección. Se puede derrochar el dinero de muchas formas pero a cambio del aprendizaje tiene mucho más mérito para uno mismo. Sin duda, una experiencia que recomiendo encarecidamente.