No es la primera vez que desde TUMINIYO alertamos sobre el cuidado que debemos tener en las piscinas con nuestros hijos e hijas.
Ahora lo volvemos a hacer. Y es que se ha dado a conocer el Primer Informe Nacional de Ahogamientos de Menores. Se trata de un estudio elaborado por la Escuela Segoviana de Socorrismo y por la empresa Abrisud. De él se desprende que el número de ahogamientos en piscinas, de menores, registrado en Andalucía en los últimos cinco años se eleva a 27. Esto supone el 23 por ciento del total de los ahogamientos de menores en espacios acuáticos producidos en este periodo de tiempo.
Dicho estudio también refleja que los niños más afectados son los que tienen entre 2 y 4 años.
A la piscina con seguridad
La Escuela Segoviana de Socorrismo y la empresa Abrisud han elaborado un decálogo para que los más pequeños aprendan a disfrutar de la piscina con seguridad. Los ahogamientos infantiles ocurren en su práctica totalidad por una relajación en la supervisión. Un niño puede ahogarse en menos de dos minutos y en tan solo 15 centímetros de agua.
Desde TUMINIYO os aconsejamos que tengáis siempre presente este decálogo:
Elige siempre las zonas vigiladas, respeta las indicaciones de los Socorristas y la señalización y las
banderas que informan de las características de la instalación o del estado de la mar.
Recuerda: Bandera Verde: baño permitido. Amarilla: baño con precaución. Roja: prohibido bañarse.
Nunca des la espalda a tus hijos cuando estén dentro o cerca del agua, bastan unos segundos para
que puedan estar en serio peligro. Establece turnos para que haya un adulto permanentemente
vigilando de manera que pueda intervenir de inmediato ante cualquier problema.
La principal causa de los fallos en la supervisión en las piscinas es un adulto distraído, contestando
al teléfono o yendo al interior de la casa a hacer alguna tarea. Nunca relajes la vigilancia.
Si tienes una piscina en tu casa, instala un sistema de barrera que cubra todo el perímetro de
modo que los niños no puedan acceder ni caer accidentalmente, con altura suficiente y puertas con
sistema de cierre a prueba de niños. Compleméntalo con un sistema de alarma por caídas al agua.
Cuando no se esté usando, retira de la piscina y sus inmediaciones todos los juguetes y objetos que
los niños utilizan o asocian con el baño. Pídeles que te ayuden a recoger y cerrar la piscina.
Los flotadores, tablas, manguitos y otros dispositivos flotantes dan a niños y padres una falsa
sensación de seguridad y deben usarse exclusivamente con supervisión adulta cercana. La opción
más recomendable y segura es un chaleco salvavidas homologado, que no exime de la supervisión.
Saber nadar proporciona seguridad y disfrute, pero no protege totalmente ante el ahogamiento.
Se ha demostrado que el aprendizaje de las “habilidades de auto‐rescate en el agua”, que trabajan
reacciones de flotación y supervivencia en el agua, incrementa su eficacia a cualquier edad.
Nuestro deber como padres es aprender, poner en práctica y transmitir a nuestros hijos todas las
reglas de seguridad en el agua y, por encima de todo, enseñar con nuestro ejemplo.
En una emergencia hay que: Proteger, Alertar y Socorrer.
Proteger para limitar los daños. Alertar, pidiendo ayuda y llamando al 112 y Socorrer aplicando
primeros auxilios. Aprender los primeros auxilios básicos y saber cómo reanimar a un niño o un
adulto con las técnicas de RCP es muy sencillo, está al alcance de cualquier persona y salva vidas
Las principales tareas de los Socorristas son: Prevenir, Vigilar y Socorrer, pero la responsabilidad de
los niños es tuya. Pon en práctica todas las recomendaciones de seguridad en el entorno acuático y
cuida de los tuyos, por vuestra seguridad.
Pero sobre todo nunca olvides que tú eres el mejor socorrista que tus hijos puedan tener.
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