¿Qué es la resiliencia?
La resiliencia es la capacidad del ser humano para hacer frente a las adversidades de la vida, superarse y transformarse de manera positiva.
Los cambios siempre producen un desequilibrio y dependiendo de la capacidad resiliente de quienes los experimentan, serán vividos con más o menor temor y dudas.
Pero los cambios no son siempre malos. Es un mito suponer que cuando una situación estable cambia siempre sucede algo malo.
Todo lo contrario, la vida es un puro cambio y es fundamental ayudar a los niños a transitar los cambios con capacidad de poder.
Dicho esto, es muy importante:
-Adaptarse a situaciones nuevas.
-Tener un grado de plasticidad suficiente para poder aceptar los cambios. Por ejemplo, el nacimiento de un hermano, la pérdida de un ser querido, una mudanza, una separación o un cambio de escuela.
- Aprender a ser flexibles, que significa no mantener de antemano una posición rígida e inamovible. Hay que aprender a escuchar alternativas.
- Ser creativos. Tener la posibilidad de recrear una situación y convertirla en algo bueno a pesar de suponer un cambio.
- Aceptar lo que sucede y no resistirse cuando algo resulta inevitable. Desde la aceptación se pueden encontrar soluciones.
- Tolerancia ante lo nuevo. Nada sucede de un día para otro y hay que darles tiempo a los niños para que a su manera y a su ritmo se acostumbren a lo nuevo.
Finalmente, contar con la experiencia de cambios previos vividos con tranquilidad también ayuda mucho ante lo inesperado.
Si acompañamos a los niños y en la medida de lo posible anticipamos las situaciones que se van a producir, les ayudaremos a desarrollar esa capacidad resiliente. Sólo así podrán vivir todas las situaciones que se les presenten con la mayor tranquilidad y responsabilidad posible.