(Este artículo lo escribí en el mes de mayo, (como sabes, los lunes publico uno de los artículos del blog antiguo al blog nuevo) así que cuando digo "el martes" o el "domingo pasado" no me estoy refiriendo a esta semana....aunque he de decirte que todo este mes de julio me ha pasado algunas veces lo mismo. Espero que te guste este artículo tanto como a mi y lo he elegido a conciencia para esta semana porque seguro que podrás aplicarlo y comprobarlo durante este mes de agosto).
El martes mis peques se fueron de colonias dos días (de convivencias o campamento para los que lo conoceis por otro nombre). ¡Guau! Una tarde toda para mi, sin parque, sin baños, sin cenas y sin el momento "¡O no! Pescado, esto no me gusta!!", una tarde sin niños. Una tarde en la que podría haber cogido hora para ir a la pelu, dar un paseo por la montaña o irme a la playa y comerme un helado sin que nadie con ojitos de cordero degollao viniera a pedirte "un caito"....pero nooooo!
Yo voy y me hago una lista enorme de trabajo y de cosas que podría hacer aprovechando que tengo toda la tarde libre.
¿Porqué tendré la manía de dejarme a mi para la última y cuando tengo tiempo libre siempre encuentro algo que hacer mejor que cuidarme y mimarme? Luego pasa lo que pasa y las emociones vienen a la defensa de para pedir respeto por una misma.
Primero aparecen emociones sutiles y discretas, como la tristeza que casi no hace ruido, y que solemos ignorar con bastante asiduidad; luego suele llegar el enfado, y que es muy probable que también ignoremos o que no analicemos. Después llega la "fiera", la ira, que explota en cualquier momento y a la primera de cambio. Y muchas veces esto pasa cuando estamos en casa, con los peques, y empiezan a hacer travesuras y tu que llevas aguantando tu auto-falta de respeto desde hace tiempo (aunque no lo sepas) acabas explotando y pareciéndote a la bruja mala de la película.
Sin ir más lejos, el domingo por la mañana me pasó exactamente esto. Estaba yo con mis peques en casa, tranquilamente ( o eso me pensaba yo) intentando hacer cosas cuando de repente no sé que pasó que me puse a gritar, a reñir a diestro y siniestro y mandé a cada niño a una punta del piso. Después, tuve que parar a escucharme porque me estaba empezando a poner verde, con los pelos crispados, la nariz y las orejas me estaban creciendo y la escoba estaba empezando a volar a mi lado......
Me dí cuenta de que llevaba muchos días y semanas sin dedicarme tiempo para mi. Tiempo de verdad y diario. Mis duchas habían vuelto a ser de sprint, me había dejado de poner crema corporal, no me sentaba a ver la tele ni 5 minutos, estaba comiendo y cenando con el ordenador al lado.....Y claro está, de salir y de hacer algo yo sola...ni hablamos....Me acababa de pasar factura el descuido y la falta de respeto por mi misma, mi cuerpo y mi mente. ¡Pero mis emociones no estaban dispuestas a aceptarlo! Así que salieron en forma de "cabreo monumental" en cuanto mis peques empezaron a aburrirse y a comportarse como eso, "niños aburridos" que estaban dispuestos a inventar lo que fuera para divertirse.
No es la primera vez que me pasa algo como esto y sé perfectamente lo importante que es cuidarse, mimarse y respetarse, pero por algún mensaje gravado a martillo y pico en mi cerebro siempre me olvido de mis necesidades. "Primero la obligación y luego la devoción" (hablando de obligaciones, aquí puedes leer un artículo sobre ello) , y siempre sitúo el cuidado de mi misma en último lugar, cuando no tiene mucho sentido la verdad. Porque si no me cuido, si me pusiera enferma por ejemplo, no podría cuidar de los niños, ni limpiar, ni trabajar, ni nada. Y si me volviera loca perdida tampoco podría hacer muchas de esas cosas....
De esta experiencia he sacado algunas conclusiones y un plan de acción para casos de emergencia por "¡OH NO!¡ME ESTOY CONVIRTIENDO EN BRUJA!" que quiero contarte en 3 pasos, para que tú también puedas aplicarlo cuando necesites cuidarte urgentemente:
Al escribir este post me di cuenta que necesitaba cuidarme un poquito y que era un día estupendo para hacerlo, así que me fui a comer fuera de casa con mi marido y desconecté durante un rato de todo. El domingo he pensado en dedicarme una hora por la mañana para irme a caminar yo sola. Y la última semana de mayo me voy a dedicar un día entero para mí: me iré a la playa y me comeré un heladito relajadamente...¡ummmm!
¿Y tu, que vas a hacer hoy para mimarte? ¿Cual es tu plan para cuidarte este mes?