Se acabaron las vacaciones de Navidad y ahora nos enfrentamos al problema de reequilibrar el presupuesto familiar y subir la cuesta de enero. Después de un gasto excesivo y un despilfarro, toca controlar más los gastos, y es que la cuenta corriente de muchas familias ha pegado un bajón considerable. Sin embargo, a través del trabajo duro, la voluntad y la cooperación, todo se logrará en esta vida, si no, entonces siempre es necesario seguir alguna de estas técnicas.
Por mucho que los grandes almacenes y tiendas de ropa intenten llamar nuestra atención con las rebajas, tan solo debemos comprar lo que realmente necesitemos y no todo aquello que nos guste. Las rebajas captan a los clientes simplemente por ser eso, rebajas, y a menudo salimos cargados de bolsas con productos que no pensábamos ni comprarnos. Por eso, más vale tener la cabeza fría y así conseguir tener más euros en la cartera para otras cosas más importantes.
Evitar la compra por impulso
Siguiendo en la misma línea, se debe reducir al máximo la compra por impulso. Cada vez que salgamos a comprar que sea porque lo necesitamos y habiendo hecho una lista previa. De esta forma no volveremos a casa con cantidad de cosas que podríamos habernos ahorrado. Si no nos podemos resisistir, más valdrá entonces llevar solo el efectivo necesario, sin tarjetas en el bolsillo.
Es el momento también de inculcar a los más pequeños la necesidad del ahorro. En casa se pueden hacer muchas cosas que alivien la presión presupuestaria de la familia, como ahorrar en electricidad, en el gasto en teléfono, controlar que no haya luces inultimente encendidas o grifos gastando agua sin sentido.
Ahorra en tabaco,alcohol...
Dejar para más adelante las noches con los amigos es una de las opciones con las que más dinero nos ahorraremos. No quiere decir que nos quedemos aislados y dejemos de relacionarnos, pero en lugar de tomar algo en un bar, se puede invitar a unos amigos y hacer lo mismo pero en casa, que sale mucho más barato.
También puede ser el mejor momento para dejar, o al menos reducir, el consumo de tabaco. El precio de las cajetillas es uno de los dolores de cabeza cuando queremos ahorrar, por lo que si al menos se reduce su consumo, estaremos evitando que una cantidad importante de dinero salga de nuestro bolsillo.
Gasolina
Algo parecido sucede con la gasolina. Por supuesto que muchas veces no queda más remedio que utilizar el coche, pero mejor si lo limitamos para los trayectos largos y estríctamente necesarios. Vayamos andando cuando podamos en lugar de ponernos al volante, sobre todo en ciudad que es cuando más gasto de combustible realizan los vehículos.
Conduciendo también hay algunos trucos para no gastar gasolina en exceso: utilizar marchas largas, mantener constante la velocidad adecuada, no abusar del aire acondicionado o calefacción, no llevarlo con mucho peso, apagar el motor ante paradas largas (más de u minuto), frenar pisando el freno lo menos posible, planificar la ruta más corta, o mantener a punto la presión de los neumáticos.