Echando un vistazo furtivo y fugaz al periódico esta mañana, bicheando un post de la actriz Salma Hayek, que captura mi atención por el titular -y ya de paso, recomiendo leer-, me topo por azar con algo que se me ha pasado absolutamente por alto. (Claro… Ahora que soy papá de una rolliza Lechona, me fijo en estas chorradas… ¡¡Quién me lo iba a decir a mí!!)
Este sábado pasado, el 11 de OCTUBRE, resultó ser el DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA.
¡¡UPSSS!! ¡Y yo sin saberlo y sin leer nada al respecto! Como siempre, yo con estas barbas y fieles en este blog al retraso.
Resulta que… ¡las niñas tienen SU DÍA! ¡CARAMBA! ¿Qué te parece…? Pues sí… aunque, si lo pienso bien… ¡Qué narices! ¿QUIÉN o QUÉ COSA no tiene ya su propio DÍA INTERNACIONAL?
A mi me descoloca un poco todo esto… No sé muy bien cuándo eclosionó toda esta moda de poner “Días de…” a todo lo que se menea. Porque al final, si bien obtienes cierto reconocimiento, inevitablemente provocas otro efecto colateral: el que conlleva la banalización de esa supuesta celebración.
Gracias a esto de los blogs, a veces me percato, de vez en cuando, de días o eventos de estos. Como la reciente Semana Mundial de la Lactancia Materna, este pasado agosto, u hoy mismo, 15 de octubre, que precisamente es el Día Mundial del Lavado de Manos, sin irnos más lejos en el calendario. Yo, de hecho, el último “Día de…” del que tengo constancia que me llamó realmente la atención, por la coña, es el que otorgaron hace unos años al “Día del Orgullo Friki”.
Desde luego, no sé si estas cosas realmente se repiten en verdad por todo el orbe, o es que en este país, nos damos más todavía a este fenómeno, con tal de organizar una fiesta o un sarao… (Porque no hay nada que le ponga más a un español, que montarse cualquier excusa para organizar un fiestorro, está claro).
Cuando yo era pequeño (y no tan pequeño, la verdad…), solamente había un puñado de “Días de…” que uno reconociera en el calendario. Y lo bueno era eso, precisamente… que la gente sí hacía eco de esas fechas: San Valentín (el Día de los Enamorados), el Día Mundial contra el Cáncer, el Día del Padre, el Día de la Madre, o cosas de estas. Salían en los telediarios, y la cosa estaba bien; tenía su sentido. Te quedabas con ello.
¿Pero ahora…? ¿Quién realmente está al tanto de todos los “Días de…” que hay a lo largo del año? Porque, aunque no lo he verificado, podría apostar a que a día de hoy, todo el calendario anual está okupado por celebraciones de este tipo. Es más… me atrevería a asegurar que, con tanta coña marinera… habrá semanas en que se solapen 10, 15, 20 o 30 eventos de este tipo. Lo cual está muy bien, si quieres tener tu minutito de gloria mundial, y que pequeños grupúsculos de masas te hagan un pelín de caso (que, desde luego, ya será mucho más caso del que hagan el resto del año; lo cual me imagino que ese es el objetivo a perseguir con dichas celebraciones, el de concienciar).
Precisamente, mira por dónde… Que me acaba de dar el punto de buscar. Y con toda lógica, encuentro rápido; el que quiera, puede buscar el Día que le apetezca. (Más que nada, por si alguno echáis en falta alguna coña por la que os molaría que hubiera un “Día de…”, y montaros una propuesta en Change.org.):
http://diasmundialesde.wordpress.com/
http://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:D%C3%ADa_Internacional
Pero… ¿realmente esto llega a la gente? ¿Esto conciencia? ¿Esto… sirve?
Bueno… En mi cándida ignorancia de bienhechor… voy a pensar que sí. Si tener un DÍA INTERNACIONAL DE LA NIÑA lleva a servir para que al menos una niña en el mundo se reafirme en su sexo, en su personalidad, en sus capacidades como persona, en sus valores, en su potencial de desarrollo y en sus libertades individuales… pues no seré yo el que ponga peros ni impedimentos.
Más bien al contrario, ¡válgame…! Hija mía, permiteme que, aquí tu santo padre, un tipo que por no tener (o por tener más bien, un nombre ciertamente raruno…), no ha tenido ni santo en toda su vida, a partir del año que viene (y este año también, con unos días de retraso), se tome la libertad de, cada 11 de octubre, hacer un brindis (con un buen vino, una buena cerveza o un buen lo que sea -tengo todo el día para decidir con qué brindar-), por ti, mi tesoro, y por extensión, por mis sobrinas, por las niñas de mis primos y primas, por las de mis amigos y amigas, por tu niña, tú que me estás leyendo aquí y ahora; también por las niñas de la gente que NO me lee, y por supuesto, por todas las maravillosas niñas de este mundo. Porque la ocasión lo vale. Porque las niñas lo valéis. (Los niños también, obviamente… ¡pero seguro que ellos tienen también su día!).
El futuro, por supuesto… con “Día de…” o sin “Día de…”, por descontado… es vuestro.
¿No creéis, gente…?
-“¡¡CHÍN CHÍN… CARIÑO!!”-