Existe una creencia generalizada de que a los bebés y a los niños/as les encantan los colores llamativos. Los parques infantiles, muchas guarderías y escuelas de infantil están repletas habitualmente de fuertes colores primarios.
¿Te has parado alguna vez a pensar en cómo te afectan este tipo de decoraciones infantiles? A ti, que eres una persona adulta capaz de filtrar las impresiones sensoriales?
A mí personalmente, tanto color chillón me satura y me resulta bastante desagradable.
Y es que muchas personas (incluidas profesionales de la educación) no tienen en cuenta que los colores y la luz nutren nuestro cuerpo y los niños/as especialmente experimentan sus efectos de forma muy vívida.
Por eso hoy voy a explicarte algunas cosas sobre cómo funcionan los colores y cuáles son los más recomendados para los espacios y los juguetes de los niños según la pedagogía Waldorf.
Lo que voy a explicarte lo desarrollo también en la guía para padres y madres que acompaña a nuestras cestas de primeros elementos de juego para bebés (de 0 a 2 años) que tenemos en el Atelier, pero me parece un tema importante y por eso he decidido publicarlo.
Sobre cómo nos afectan los colores
Como decía antes, el color y la luz nutren nuestro cuerpo.
Los colores nos afectan todo el tiempo, en todo momento.
Por ejemplo, todo el mundo sabe que pasar mucho tiempo en un espacio solo con luz artificial puede tener un efecto perjudicial para nuestra salud.
También utilizamos el color para expresar los estados de ánimo del alma, y podemos sentirnos muy diferentes en una habitación amarilla que en una roja.
A menudo usamos el color para describir nuestros sentimientos y podemos decir por ejemplo “estaba verde de envidia", “lo veía todo muy negro”, “se quedó blanco del susto” y así sucesivamente.
Y es que los colores nos envuelven por todas partes, y los integramos en nuestro día a día a muchos niveles.
Cómo funcionan los colores
Esto que te voy a explicar a continuación es algo que descubrí cuando estudiaba psicología, hace ya bastantes años, pero no deja de asombrarme.
La capacidad de nuestros ojos para discernir los colores es realmente sorprendente.
Y al igual que todas las actividades que exigen un entrenamiento, se puede desarrollar mejor o peor.
Algo muy importante, que además sostiene la pedagogía Waldorf, es que el mejor entrenamiento para el ojo es interactuar con colores translúcidos, sutiles, antes que con los colores sólidos y fuertes.
Vamos a dedicar un momento a entender cómo funcionan los colores.
En la famosa rueda de color de Goethe (que nosotros tenemos en un precioso formato puzzle de madera gracias a LoraLora) aparecen los 3 colores primarios: rojo, azul y amarillo.
Frente a ellos encontramos sus complementarios: verde, morado y naranja.
Mezclando los colores primarios obtenemos los colores secundarios: amarillo y azul dan verde (como en el famoso cuento que te recomendé: Pequeño amarillo y pequeño azul), rojo y azul dan púrpura, y rojo y amarillo dan naranja.
Conseguimos marrón o gris cuando los tres colores primarios se mezclan.
Todo el espectro de colores está presente en la luz normal del día y nuestros ojos son muy buenos en completar los bits (de colores) que faltan del espectro.
PONLO A PRUEBA CON ESTE EJERCICIO:
Mira esta mancha de color azul sobre el fondo blanco. Observa intensamente el azul durante un minuto. A continuación, mueva los ojos despacio hacia la zona blanca. Verás una imagen secundaria en el blanco: una mancha naranja.
Esto es porque cuando miramos un color, como el azul, el ojo de nuestro cerebro genera el color opuesto, naranja.
Por cada color que vemos, un color complementario se genera dentro de nuestra mente.
Los niños pueden experimentar este fenómeno muy vívidamente, por lo que los colores de sus juguetes y muñecas favoritas son muy significativos.
Recomendaciones para los niños/as pequeños
Al pintar la habitación de un niño/a, es mejor usar colores translúcidos, que permitirán al niño experimentar el color como la luz.
Es decir que se pueda percibir el material de debajo y así el niño/a no sentirá el color como opaco y sin vida.
Existe una técnica de pintura, que es la que se aplica en todos los coles Waldorf, que se llama Lazure, y consiste en pintar sobre la pared blanca con acuarelas diluidas en agua y una esponja, creando ese efecto de color translúcido al que me refiero.
Todas estas fotos que he puesto de ejemplo proceden de Pinterest.
No te lo vas a creer, pero la próxima semana una compañera de instituto que se ha prestado a ayudarme y yo vamos a pintar mi aula con esta técnica. Haré un tutorial del paso a paso para que puedas ver lo fácil que es y lo bonito que queda.
¿Y qué pasa respecto a los juguetes?
Los colores translúcidos son los mejores también para los juguetes de los niños. ¿Por qué? Por una sencilla razón, de esta manera los pequeños matices de la superficie de los materiales se hacen visibles, lo que puede estimular la imaginación de un niño/a.
Por eso los juguetes típicamente Waldorf suelen ser de madera natural teñida suavemente con pinturas al agua. Porque cada tipo de madera tiene una estructura única, que se pierde si se cubre con una pintura sólida y plástica. Ya no digamos si el material del juguete no es ni siquiera natural, sino plástico...
No es tan difícil encontrar juguetes de este tipo. Mira por ejemplo el pez para arrastrar o el rodari que elegí para mi Atelier, ambos son de madera y la pintura respeta el poro y su veta.
Respecto a qué colores, la gradación de colores del arcoíris es siempre un acierto. De esta manera, la gama cromática queda archivada en la memoria del niño/a permaneciendo a su total disponibilidad cuando necesite de ella más adelante, ya sea para su uso en experiencias artísticas, emocionales, psicológicas, espirituales…
¿Qué te ha parecido el artículo? ¿Te ha gustado? Si tienes alguna duda, sugerencia o comentario, ¡me encantará leerte !
<< El color es el alma de la naturaleza y del cosmos entero. – Rudolf Steiner>>
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