Según cuenta la historia, cuando el centésimo mono en la isla lavó su camote en el océano, de repente todos los monos de las islas vecinas empezaron a lavar sus camotes, aun cuando no habían visto a otros monos hacerlo.
La moraleja de esta historia nos enseña que basta una sola persona (o mono) para empezar algo maravilloso. Cuando una cantidad suficiente se une a ese práctica, se crea una consciencia que se expande por todo el mundo”.
¿Qué te inspira este cuento? A mi, un profundo mensaje de proactividad. Si queremos realizar un cambio social es necesario comenzar por cada uno de nosotros, a nivel individual, y ser un ejemplo para otras personas. Y en la educación esto es lo que pasará: Cada persona que realice un cambio de paradigma y comience a educar desde el amor, si es observado por otra persona estará contagiando y despertando la curiosidad en el otro por educar desde el amor, habrá plantado una semilla que tarde o temprano florecerá. Cuando alcancemos el número necesario de personas que vivan la educación de los niños desde el paradigma del amor, inevitablemente esa consciencia se expandirá por todo el mundo.
Por eso tu eres tan importante, porque tienes la capacidad de contagiar a muchas personas de tu alrededor una nuevo modo de ver las cosas, un nuevo modo de relacionarse con los niños, una nueva mirada colmada de respeto y amor. Y aunque el cambio pueda tardar años, valdrá la pena si las próximas generaciones se nutren de nuestra nueva consciencia de hoy. No lo dudes, si estás leyendo esto es porque formas parte de este maravilloso cambio…¡ADELANTE!
Este cuento está basado en The sale of the hundredth monkey, a story of social change (el cuento del centésimo mono: Una historia sobre el cambio social), por Ken Keyes. Puedes leer más en la siguiente página: http://wowzone.com/monkey.htm (está en inglés).
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Fuente: este post proviene de Educar para el futuro, donde puedes consultar el contenido original.
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