El respeto a los demás: un valor importante para evitar el acoso escolar

Respeto. Una palabra con un significado que podría evitar el acoso escolar en los centros educativos. La educación en valores nace en casa, con los padres. Pero también debería ser reforzada y fomentada en los colegios. ¿Cuántas agresiones y acosos se podrían hablar si los estudiantes trataran con respeto a los demás? Muchísimos. Eso está claro. 

Los adultos deberían ser los primeros en enseñar respeto

Siempre he defendido que todos cuando nacemos somos buenos. Que las malas acciones, que las malas palabras y que las ofensas, se van aprendiendo con el tiempo. Está claro que los niños aprenden de sus personas más cercanas. Tienen modelos a seguir, personas a las que admiran, personas que para ellos, sin exagerar, son todo un ejemplo.

¿Pero qué ocurre si los más pequeños escogen un modelo a seguir inapropiado? Es decir, hay padres, que muestran faltas de respeto hacia los demás, que son increíblemente intolerantes con ciertos aspectos de la vida, que fomentan la discriminación, el rechazo y la falta de empatía. Está claro, que los hijos van a adquirir los valores que les enseñen los adultos. Y si los valores enseñados son negativos, los niños los llevará a cabo en el centro educativo y en su entorno.


¿Qué pasará con los niños que tengan un mal ejemplo?

Evidentemente, esos niños irán creciendo con el tiempo y se convertirán en adolescentes y más tarde en adultos. Y cómo no se den cuenta ellos mismos de que están adquiriendo unos malos valores a través de sus progenitores, seguirán comportándose como años atrás. Ahora que son más mayores y más conscientes de todo, lo que antes era una pequeña discusión con un compañero de clase, hoy por hoy, se puede convertir en un acoso en toda regla.

Se puede convertir en humillaciones, en insultos e incluso en agresiones físicas. Se puede llevar a cabo una intolerancia absoluta, una falta de respeto hacia los demás alumnos y compañeros, y por supuesto se puede dar ese afán de querer hacer la vida imposible al otro. Muchos de estos acosadores tienen multitud de carencias afectivas en casa. Puede que tengan padres ausentes, padres demasiado permisivos, o por el contrario, padres excesivamente autoritarios o increíblemente sobreprotectores.

¿Detrás del acoso siempre hay un motivo?

Obviamente, no estoy diciendo que todos los padres de hijos con malos comportamientos y que provocan acoso escolar sean así. Es cierto que, hay progenitores que han llevado una educación y comunicación equilibrada con sus hijos y llegados a un punto, las cosas fueron a peor. Es ahí, cuando psicólogos y orientadores del centro (o de forma externa), tienen que empezar a investigar qué es lo que ha podido pasar.

Por qué se ha producido tal cambio de conducta y averiguar cómo tratar el problema y solucionarlo de la mejor forma posible. Desgraciadamente, hay más casos de los que creemos en los que los padres inculcan como decíamos antes, valores negativos a sus hijos. Hace unos días, sin ir más lejos, podía escuchar la siguiente frase de un niño de aproximadamente ocho años: “me ha dicho mi padre que no juegue contigo porque eres negro”.

Comentarios ofensivos que los niños creen que no lo son

Está claro que si hay padres que son capaces de decirles tal estupidez a sus hijos, ellos lo van aprender como si fuera el mejor comportamiento y valor del mundo. Y van a crecer creyendo que esos valores, son los que tienen que practicar en la vida y con la sociedad. Obviamente, se están equivocando, pero la culpa no es de los niños, sino de los adultos que les han enseñado de esa forma y a tener una actitud negativa hacia algunas personas y situaciones del día a día.

Por eso, veo fundamental recordar que, los padres tienen una responsabilidad mayor a parte de cubrir las necesidades básicas de sus hijos. Tienen la responsabilidad de educarles como personas cívicas, como futuros adultos tolerantes que respeten a los demás. Como personas con empatía y solidarias que denuncien las injusticias cuando las vean.

La educación en valores también es cosa de los centros

También los centros educativos tienen que poner de su parte. Los maestros y profesores tienen la responsabilidad de fomentar en sus alumnos el respeto a los demás. La tolerancia. El trabajo el equipo y el compañerismo. Los docentes no sólo están en las clases para impartir la lección, para corregir exámenes y para resolver dudas.

Ellos tienen que mirar más allá. Más lejos de lo tradicional e inculcar valores positivos en sus alumnos. Deberían ser los guías de los adultos del mañana. Tienen que formar a personas que luchen contra cualquier tipo de acoso o de injusticia. Su objetivo debería ser formar a personas respetuosas, comprometidas y con pensamiento crítico propio. Tienen que proporcionarles las oportunidades para que, en un futuro, puedan cambiar poco a poco el mundo.

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