Mi Papito ya está bien, confieso que en esas noches largas el era mi más profundo pendiente, el solo pensar que esos tratamientos lo lastimaban o lo dejaban sentirse mal me mataban por dentro, hoy ya es prueba superada y no me canso de rezar y agradecer a Dios y a la Virgen el milagro de su salud.
Pero no hay año sin decepciones, preocupación o miedos, esos ya se están trabajando de forma interna, lo importante es ir un día a la vez, el tener los ojos abiertos y el saber pedir ayuda cuando las cosas ya no se encuentran bajo nuestro control, asumir la responsabilidad de que nuestras decisiones son las que cambian el rumbo y sobre todo saber que esa fuerza para cambiar nuestra actitud solamente depende de nosotros y se encuentra dentro de uno mismo.
Los momentos felices fueron los que más se dieron, después de un gran tiempo en confinamiento al parecer todo volvió a la calma, no con la normalidad de antes, pero sí con más precaución, en lo personal aún no me puedo separar del cubrebocas pero para mi esta muy bien, me da seguridad y de eso se trata, es como la cobijita de un niño pequeño, a mi me da tranquilidad y paz.
Aprendí que primero se agradece a Dios y luego se pide, además estoy convencida que mientras más se agradece más momentos hermosos y bendiciones se tiene, me di cuenta qué hay personas que por más que se quiero que estén pues ya están otro camino y se les dificulta volver y otras que aunque las veas diario emocionalmente ya no están aunque piensen lo contrario y hay a las que se ven muy poquito pero que arrasan en cariño y presencia, todas siempre están en mi corazón y buenos deseos.
Las alegrías y las tristezas a veces caminan juntas, las cosas buenas y las malas conviven de forma misteriosa y se las arreglan para sentarse a la mesa y poder platicar, la paz del alma es la que le cuesta hacer amistad con la angustia y eso le causa dolor mientras encuentra la forma de hacerlo funcionar, la búsqueda del sentido se siente brumosa pero después con su mejor amigo el tiempo se encuentra y se recupera.
Creo que todo está bien, con tiempo y los buenos recuerdos las pérdidas del Tío Beto y del tío Herman se sellarán en el corazón.
Si todo está calma, la vida sigue su curso, los hijos están bien, la familia está unida, las decisiones fueron tomadas, en lo personal cumplí mis promesas, tengo un lugar al que llamo y es mi hogar, hay comida en la mesa, tenemos abrigo seguro, las sillas están completas y estoy consciente de mis bendiciones.
Agradezco lo que tengo y lo que no también.
A los 50 espero que esta Nochebuena esté llena de amor, que la Navidad y su amor siempre esté presente en tu familia y en la mía, que las bendiciones que esta fecha representa inunde tu vida y que el año que comienza venga lleno de paz, armonía, esperanza, fuerza y mucha fe
Gracias por tu valioso tiempo!
A ti mi Gaby Plett, mi hermosa amiga de infancia, de pasado de presente y se que de futuro, todas mis oraciones, mi apoyo, mi cariño, te abrazo con mi fe en Dios y la Virgen, se que estarás bien, se lo fuerte que eres y sé que la próxima Nochebuena ya será el recuerdo de un gran susto y que tendrás un tratamiento exitoso, te amo con todo mi corazón viejilla hermosa y se que irás en este viaje caminando de la mano de Dios. Te quiero infinito!
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