España concentra casi el 40 por ciento de lo que se conoce como ‘turismo reproductivo‘, y cada vez son más las parejas, principalmente europeas, que recurren a tratamientos de reproducción asistida, que se han triplicado en los últimos 5 años.
Actualmente a España, más allá de países europeos como Alemania, Italia, Francia, Reino Unido o Irlanda, llegan pacientes de Singapur, Australia, Marruecos, China o Camerún.
¿Porqué acuden a España por un tratamiento de FIV?
La excelencia de los profesionales y la avanzada tecnología de que disponen sus clínicas, sumado a la profesionalidad médica, son algunos de los factores por los que los pacientes se deciden a visitar España para sus tratamientos.
No son menores los motivos legales que los empujan a ello. España cuenta con una legislación menos restrictiva que ha permitido el avance de las técnicas empleadas en relación a otros países.
En Francia, por ejemplo, no está permitido gratificar económicamente a los donantes de semen u óvulos. En Italia, en cambio, todavía está pendiente de regular todo lo que rodea a la donación, aunque su Tribunal Constitucional lo ha autorizado, mientras que en China, debido a que se permite a las parejas tener más de un hijo, y tras la aprobación de la enmienda del pasado mes de octubre, cada vez son más las personas que acuden a nuestro país para agrandar la familia.
Por otro lado, en España cada día más mujeres buscan ser madres a través de las técnicas de reproducción asistida debido al retraso en la maternidad, debido a razones profesionales o porque no han encontrado a la pareja estable.
Como es sabido, la reserva ovárica disminuye a partir de los 25 años y de forma drástica a partir de los 35. Las técnicas de vitrificación ovocitaria permiten preservar los ovocitos para intentar paliar el efecto del paso del tiempo.
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