Excursión

Por fin ha llegado unos de los días más esperados, y temidos, desde que Pablo empezó el cole: la primera excursión larga solo.

Bueno, con sus profes, sus compis, la PT, auxiliar y demás equipo del cole….pero sin nuestra vigilancia. Y, que queréis que os diga, nos da miedo.

A ver, no es un miedo gordo, es un miedillo que da vértigo, que encoge un poco el estómago y que da un poquito de respeto.

Y no es porque sea muy pequeño, porque su hermano mayor se fue un día entero a un granja escuela con 4 y volvió feliz de la vida; es miedo porque tiene Duchenne, sin más.

De repente se te llena la cabeza de “y sís” y de “ahí, madre” y piensas “no le dejó solo ni de broma”.

Luego su seño te dice que van a ir acompañados de monitores y cuidadoras, que se llevan el carrito y que no pasa nada.

Y luego empiezas a darte cuenta de que no dejas de hablar de que quieres que sea independiente, autosuficiente, que sea uno más y que disfrute de la vida y, a la primera de cambio, te tiemblan las piernas

Así que, decides dejar tu miedo y tus pensamientos y pensar en él y en su felicidad.

Creo que hablaremos con su seño y le diremos que irá.

Luego compraremos un caja de tila para pasar mejor el día esperando y listo

Fuente: este post proviene de El desafío de Pablo. Una vida con Duchenne, donde puedes consultar el contenido original.
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Etiquetas: Diario

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