Debo decirlo, preparar el festejo de Isabel me resultó muy estresante. Tanto que escribiré un post titulado ¿Por qué no festejar el cumpleaños de un bebé de dos años?, y decidí que el próximo año no habrá fiesta de presentación, prefiero mejor hacer un viaje en familia.
Pero pasemos a la parte divertida del festejo, lo que sí disfrute, y eso fue la temática del cumpleaños. Ya estaba decidida a que quería un cumpleaños de Frozen, pero mi hermana, tan especial, dijo que la temática estaba tan de moda, que no le resultaba original y que ella sugería que el cumpleaños fuera de Pebbles. ¡Pebbles es un bebé! y ahora era el momento en que Isabel se podría lucir como la pequeña bebé de Los Picapiedra.
Al principio dude, pero después fue fantástico revivir mi infancia recordando aquella caricatura de los años sesenta, pero que muchos niños noventeros disfrutamos. Además, como no es una temática de moda, hubo que usar el ingenio para muchas cosas, como para realizar los dulceros, pues por más que buscamos bolsitas con Los Picapiedra, no encontramos. E inspirada en la vestimenta de Pebbles, y de Bam Bam fue que hice los dulceros. Ocupe cartón corrugado y foami (goma eva).
En la red vi muchos letreros de cumpleaños que me gustaron mucho, así que hice mi propio letrero tipo roca. Fue de lo más sencillo y las niñas me ayudaron a pintarlo: ocupe el cartón de una caja vieja que iba a la basura y con pintura acrílica gris y plumón negro transformamos el cartón en una roca. Para el nombre de "Isa" ocupe los huesos que me sobraron de los dulceros.
Las invitaciones las realice yo misma, ya saben, con la ayuda de Canva.
El vestuario ¡lo hizo mi mamá! Buscamos en tiendas de disfraces y no encontramos nada que nos gustara, en realidad no había más que un modelo, así que mamá decidió que ella lo hacía. No saben la emoción que me dio verla sentada en una maquina de cocer, en verdad yo creo que la última vez que hizo un vestuario fue para nosotras (sus hijas) y fue hace cuando menos 10 años. Ella dice que fue algo muy sencillo, yo digo que fue fabuloso. El hueso de la cabeza, que por supuesto, no podía faltar, lo hizo con fieltro.
La piñata la encontramos en circuito interior. Buscamos en varios locales y no había nada, cuando comenzaba a perder la esperanza, ahí estaba Pebbles en piñata. Yo quería la piñata de Dino, la mascota de Los Picapiedra, pero evidentemente no hubo y dado que la fiesta se organizó con 15 días de anticipación, no había tiempo de mandar a hacer una.
Las gelatinas fueron obsequió de una cuñada de Edgar. Cuando me dijo que ella llevaba la gelatina, no imagine que serían tan lindas como para no comerlas y guardarlas. Sí comí pues no tenía caso atesorar una gelatina, tarde o temprano se echaría a perder, sin embargo, las ame.
Y el pastel también fue un obsequio por parte de la familia de Edgar. Mandaron a imprimir una oblea comestible, y también me gusto mucho pues de este modo no te llevas sorpresas con el pulso del pastelero, y la imagen queda perfecta.
¿Qué les pareció esta idea? ¿Ustedes han utilizado esta temática para sus fiestas? ¿Conocían a Los Picapiedra? ¡los niños de ahora no! ¡Quiero leer sus comentarios!