El jueves fuimos al pediatra, porque le costaba respirar y tosía mucho, y directamente nos derivó a urgencias. Después de toda la tarde allí con nebulizaciones (palabra que no me gustaría haber aprendido) decidieron que lo mejor era ingresarlo, no porque estuviera muy grave, sino porque se dilataba mucho en el tiempo.
Así que nos pasamos desde el jueves en el hospital, hasta hoy, que por fin le dieron el alta. La verdad cambió mucho en estos días, porque pasó de no querer comer, hacer ruido al respirar y estar choff, a comer más que antes, reír, saltar, trepar por la cuna... ¡un no parar!!
La foto que te enseño, no es otra cosa que el instrumento de tortura que te ofrecen en el hospital. Como no es suficiente con tener a tu hijo ahí, no hay nada mejor que una "butaca" donde dormir. Y digo "butaca" porque es lo que parece, aunque en realidad es un amasijo de maderas que hacen que cuando por fin cojas postura, se te duerman las piernas, o brazos, o directamente no puedas mover el cuello...
Así que desde aquí pido, por favor, ¡¡que las cambien!! Después de 4 noches repartidas, es decir, dos papá león y dos yo, creo que me van a tocar unas sesiones intensivas de fisioterapia... ¿Cómo harán esos acompañantes que se pasan semanas y semanas?