¡¡Hola Gordi…!!
Hoy nos volvemos a asomar, mi vida, por esta especie de balcón tan nuestro en que se ha convertido esta pequeña sección del blog, dedicada exclusivamente a reflejar esos pequeños avances tan chorras pero significativos a ojos del friki de tu padre, usease, aquí el Menda, y que teníamos un poco abandonada.
Y esta sexta edición, es un poquitoooo… especial. Distinta. Mucho hace desde la última vez, y esta vez me temo que no he sido tan constante en eso de anotar momentos y fechas concretos… Porque de lo que principalmente quiero escribirte hoy, cielo, es más bien… del conjunto. Del cambiazo que he notado en ti en estos últimos dos o tres meses. Vamos, desde que cumpliste el añito hasta el día de hoy. Que así, a vistazo limpio, cada día me viene pareciendo un Gritest en sí mismo. Hoy vengo a contarte cómo le estás pillando el ritmillo (en plan viento en popa y a toda vela, mi capitán, no me vaya usted a darle un descansito ahora a la sala de máquinas, que le estoy viendo venir, ahora que esta nave se está animando…), a esto de… la vida humana, por así decirlo.
Siempre me habían dicho.. siempre he escuchado, que durante el primer año de vida los lechones cambian una barbaridad. Y así es, desde luego. Todo el que haya tenido una camada lo sabe. Pero lo que me está dejando bastante sorprendido, en tu caso, cariño, es lo mucho que estás evolucionando desde que has cumplido el año. Me parece una pasada… ¡Una cosa bárbara, por Crom!. Yo, al menos, no lo he notado tanto en los meses previos.
Empezando por el hecho de empezar a caminar por ti misma, que eso ya lo tenías bastante controlado antes de cumplir el año… pero que se puede ver como una especie de… arranque de lo que está viniendo desde entonces. En tu actitud, en tu comportamiento, en tus gestos, en tus relaciones, en tu día a día. De hecho, el físico es lo de menos, donde menos se notan estos cambios. (Bueno, vale… en el pelazo de reinona locatis que se te está poniendo, vaaaaale… que no hay quien te lo seque, ya… ¡¡Qué va a ser de ti cuando cumplas los 15, por Tutatis!!)
El caso es que SE NOTA que no paras de aprender cosas nuevas todo el rato. Cómo estás aprendiendo a, por ejemplo, controlar e identificar distintos tipos de expresiones faciales, y lo que ello te conlleva respecto a, por seguir con más ejemplos, recibir más o menos atención extra. ¡¡¡Eres una comedianta nata, chata!!! ¡¡Eres tan gansa como tu padre…!! (Está claro al menos ahí, que sabemos de qué palo ha salido esta astilla…) Por otro lado, aunque sigues siendo un animalillo tremendamente tierno y sociable, noto que creces por momentos en cosas como que… ya no te vas tan fácilmente con cualquiera, como antes. Ahora miras, remiras… y te sueles mantener en una cierta y prudencial distancia de seguridad, analizando el jepeto del que tienes delante, y con la mirada no del todo desabrida pero sí particularmente analítica del que anda pensando.. -“Hey… ¡Un momento, chatungo! Túúú… ¿De qué palo vas? ¿A ti te conozco yo de algo o no…?”- Y no pocas veces has pasado del susodicho o susodicha, y haciendo mutis por el forro, te refugias entre nuestras piernas. ¡¡¡Es la famosa táctica “Vergüenza del Guerrero Consciente”, técnica de supervivencia hija de la famosa Diosa NOOOOOO!!! -“¡¡¡Jaiiiiiiiiiiii…!!!”- ¡¡Qué lista eres!! Que ya no te va a secuestrar cualquiera…
Porque ya te has hecho una ferviente acólita y seguidora de la Diosa NOOOOOO…, por supuesto. De repente, sin que te des cuenta, puedo olfatear tus miedos y tus dudas, y me encuentro con que recitas el mantra de la diosa, tan perfecto, tan prístino y tan clarinete, que parece que lleves afiliada a la Secta de la Negación, toda tu vida, chica… -“¡NO…! ¡NO…! ¡NO…! ¡NO…”- Vas diciendo por ahí, tú sola… Que te veooooo… ¡¡Y te cierras de braaaazooosss…!! Y te quedas tan pancha. ¡¡Ahhhhhh… vil perfidia!! ¿¿Por qué al Dios SÍÍÍÍÍÍ solamente lo gesticulas, pero a la Diosa NOOOOOO además ya la recitas y pronuncias?? -“Pero… ¿Cómo…? ¿Miedo, dices…? ¿Dudas…? ¡Al contrario, buen progenitor… Es mi reafirmación, lo que sostengo!”-, parecen decir tus gestos. Y a fe mía que bien lo parece, desde luego…
Y es que son muchas cosas, hija… Las cosas que manipulas, el interés que sigues demostrando por todo lo nuevo que tienes delante… Cómo te mueves… Cómo te enmadras cada vez más… Todo el vocabulario (¡¡es una pasada…!!) que vas pillando ya y que vas pronunciando a tu manera… Y principalmente, tu capacidad de comprensión; lo mucho que nos vamos entendiendo y que vas comprendiendo. El cómo eres capaz de entender perfectamente muchísimas de las órdenes o frases que te vamos soltando, y todo lo que eres capaz de hacer ya tú sola y por ti misma: el manejo con los cubiertos, el que coloques tú sola tus zapatos en el zapatero, lo que nos vacilas cuando quieres vacilarnos… o el ritmillo que le vas pillando a la vida, como decía en el título. Me flipa cómo te pones a bailar aunque sea escuchando un silbato, y cómo aporreas con lo primero que pillas, como si ya fueras una pequeña pro de la percusión. No sé… ¡son tantas, que se me acabaría el tóner digital este! ¡Muñones, en lugar de dedos, se me quedarían de aporrear tanta tecla para escribirlo todo!
Te veo TAAAAAAN mayor ahora, cariño… que no sé muy bien si es la leche (de la que de momento no eres demasiado fan, por cierto…), el aire que respiras o es que te meten hormonas de crecimiento en los bocatas de la escuela, hija. Yo lo único que sé ahora mismo es que me tienes loquito, bollo.
En fin… y para terminar, siguiendo con la tradición del Gritest, algunos muy breves apuntes chorras de tus momentazos vitales (que sí he recogido…), de estos últimos meses:
# ¡¡El 7 de octubre pronunciaste claramente tu nombre por 1ª vez, cuando te recogía de la escuela!! Y también te pusiste a decir -“Papááááá… Papááááá…”- como un loro. ¡¡Qué ilusión!! Me puse a dar brincos contigo y a repetirlo todo a voces en plena calle, jajaja… ¡¡Cagaba lovin’ por las orejas!!
# El 1 de noviembre saliste a campear, en una tregua que dio el tiempo (a la sierra, por el puerto de Canencia), por 1ª vez. Sí, sé que hemos tardado mucho, pero qué le vamos a hacer. Fue una salida setera con tus papis y con los titos embarazados. ¡Papi cogió setas y tú recogiste 2 piñas y tres palitos! Así que cada uno con sus tesorillos para casa. -“¡¡Bien por mi chica!!”-
# Ya tienes un par de muelas, abajo, por cierto. Así que pegas unos bocaos de aúpa, nena. Normal que te flipe tanto el “pá”, como dices tú… ¡Porque le enciscas unos ñascos a los bocatas, cosa mala! Creo que estoy perdiendo ya la cantidad de dientes que tienes.
# Por cierto, que con los avances culinarios no me lío más, que ya has visto que algo de eso he comentado en el post anterior, que me daba para uno entero en sí mismo. Ahí lo vas llevando, niña.
# La semana pasada te di por primera vez… ¡un Chupa-Chups! No estoy muy orgulloso, la verdad. No tenía intención (ni mamá ni yo somos fans de darte chuches tan pronto… ¡que ya tendrás tiempo!) pero la jefa de la escuela te lo ofreció como cambalache y maniobra de distracción para que soltaras un juguete y que nos pudiéramos ir, y me pilló a contrapié… Y ya no había forma de que lo soltases para poder guardarlo; y no solamente eso, sino que te pusiste a roerlo a saco, cual ratoncillo golosón, con el plástico y todo, y claro… pues ya puestos, con el mal hecho, preferí que al menos no te comieras el plástico. Y tu carita al ir chupando aquello fue un poema, cariño… ¡Lástima de dejarme el móvil en casa para haberte hecho un bonito vídeo! Te lo quité en cuanto pude… pero aquello ya estaba en las raspas… y en las babas esparcidas por el abrigo, claro. (Y voy yo, luego, y me entero que aquí, tu santa madre, ya te había dado una piruleta semanas antes…)
En fin… No sé qué nos depararás en este segundo trimestre de tu segundo año de vida, pero seguro que será igualmente FLIPANTE.
Te quiero, loca.