Home schooling temporal

Alguna vez en la vida pensé que me gustaría que mis hijas se educaran en casa. El sistema educativo hoy en día aun está muy enfocado a la competencia, al sobresalir por encima de los demás en vez de colaborar, al hecho que hay mucho que memorizar aunque no te guste, mucho contenido que a veces no es todo relevante, y debes ser bueno en todo aunque te cueste. Sino, no sirves. Y eso no me gusta. Nadie es bueno en todo.

A mi me iba bien en el colegio. No he sido de estudiar mucho nunca, hacía deberes viendo la tele, pero prestaba atención en clase y mi memoria retenía suficiente para pasar el examen (no me preguntéis ahora los ríos de España porque lo borré para retener otras cosas posteriores) Pero la verdad, no todo se me daba tan bien, algunas asignaturas me aburrían (infinito), me cambié de ciencias a letras a medio camino por culpa de la física, y en la universidad huía de la econometría y al economía financiera. Aun así, terminé el colegio con buena nota y me saqué las dos carreras que hice, como mejor pude. Pero la verdad, me hubiera encantado poder elegir más las asignaturas y no tener que aprenderme de memoria las cosas que no me interesaban pero, sobretodo, me hubiera encantado que el sistema educativo se concentrara también en enseñar habilidades blandas. Porque la vida es cambiante, porque cuando entras a trabajar te das cuenta que la universidad es mucha teoría y poca práctica, y que al final, te especializas y aprendes, trabajando. Pero lo que no te enseñan es a adaptarte, a buscar tu creatividad, a tener cabeza fría en momentos de estrés, a trabajar en equipo,a buscar un objetivo común…

Por eso, cuando llegué al momento de buscar colegio para mis hijas, y asumiendo que el homeschooling no era posible, me llamaban la atención alternativas waldorf o montessori en la ciudad. Pero no me convencieron la verdad, y terminaron en un colegio como los de toda la vida pero donde, según sus ex alumnos, se les enseñaba a tener una opinión y defenderla. Y sin tener notas por lo menos hasta séptimo. Algo era algo. Eso sí, con la promesa  (hecha a mi misma) que si tenían problemas en el colegio, buscaría otro tipo de educación, pues lo más importante es que ellas fueran felices. Y los son! Hasta el momento, son de las niñas que quieren que termine el verano para volver a clase.

Cuando en octubre pasado estuvieron unas cuantas semanas en casa, por las revueltas y el toque de queda, la verdad es que nos lo tomamos con mucha tranquilidad, educativamente hablando. Los profesores enviaban algunas tareas para el día a día, aunque las justas, y las hacíamos, pero poco más. Estaban terminando el curso por lo que no era mucho lo nuevo que debían aprender.

Pasó el verano, estaban emocionadas con volver a clase, y tras la segunda semana…cierre de colegios. 

5 meses después aquí nos encontramos, en cuarentena indefinida, y con el colegio pidiendo apoyo familiar para la continuidad educacional de los niños. Sin pasarse con las exigencias eso sí. En casa empezamos la cuarentena con un horario, porque también tengo que trabajar y porque si lo dejo al libre albedrío nos vamos a volver un poco locos todos. Porque los primeros días yo calculé que escuché unas 100 veces “no sé que hacer”, además de observar un exceso de uso de pantalla. El horario me ha servido para que cuando no saben qué hacer, vayan a ver qué estaba planificado, y no tienen que pensar mucho.

Poco a poco, el colegio fue aumentando la cantidad de contenido a revisar, tareas que deben enviarse a los profesores para corregir,mucho video y mucho powerpoint que leer, y un par de clases semanales para verse las caras. Y ahí es donde me doy cuenta: qué difícil el homeschooling oiga! Para las niñas concentrarse en aprender solo leyendo ppt o viendo videos, está costando, y el aguante es bien corto.

La pequeña aun resiste, aunque no vayas a preguntarle mucho sobre el vídeo que acaba de ver, porque lo escuchó en un 50%, con suerte. Pero su curso tiene bien limitada la cantidad de contenido, y va haciendo. Pero la mayor hay días que si el contenido le cuesta, y su distracción natural la puede, más podría estar 3 horas por la mañana y otras 3 más por la tarde.

Las herramientas son las que son, y uno tiene que acostumbrarse, pero…esto de ser profe no es para mi, o al menos no si además tengo que trabajar en paralelo. Y ojo! También hay que trazar una linea entre explicarles algo que no entiendan y corregirlas si hacen algo mal. Así lo pidieron los profesores, pues sino no podían hacer seguimiento de los errores de sus alumnos, para saber qué debe reforzar cada uno.

Después de 7 semanas, hemos tenido días de todo, días o semanas en que llevábamos un desorden absoluto con los contenidos a revisar (porque cada asignatura hace lo que quiere, porque algunos archivos pueden editarse en linea otros hay que imprimirlos o copiarlos y después enviar foto, porque todo es para hacer pero solo algunos es obligatorio enviarlos a corrección), días en que me dan ganas que ni vean ni hagan nada, días que lo llevamos todo al día y los tiempos de estudio son limitados y no nos llevan todo el día, y días que parecemos anclas en la mesa.

Y ahí, escuchas opiniones de todo: que es poco lo que les mandan, que es mucho, que da igual si lo hacen o no, que es importante que sigan aprendiendo, que después ya recuperarán en clase, que van a perder el año… qué estrés por favor!

Al final, personalmente decidí que el tiempo que vamos a pasar de estudio va a ser limitado. Porque me canso, se cansan, y estar encerrado para estar todo el día estudiando, es para volverse loco. Y si hay un día que el contenido cuesta, pues lo dejamos para otro día con más calma. Y si enviamos las cosas con retraso, pues no pasa nada. Si al final, quiero que sea una oportunidad para que ellas vayan aprendiendo a organizarse, a usar un ordenador y saber dónde buscar las cosas, cómo guardar un archivo, y que tengan la rutina de seguir estudiando un ratito.

Si pierden el año o no, no va a depender de mi, ni de ellas, sino del covid, y de lo que decida el sistema educativo a nivel país, o a nivel mundial! Ni siquiera sabemos si volverán a clase antes del segundo semestre, así que la verdad, hay que tomárselo con calma. Más estrés, no gracias.

Eso sí, ambas esperan ansiosas sus clases semanales, ver las caras de sus profes, de sus amigos, interactuar. Echan de menos el colegio, el contacto, la gente. Y los profesores se han ganado una vez más todo mi respeto y admiración: qué difícil debe ser darle clase a 25, si a mi (que dicen que paciencia tengo mucha) me está costando con 2!

y tu, ¿cómo llevas esta cuarentena de estudio en casa?



Fuente: este post proviene de Asi piensa una mamá, donde puedes consultar el contenido original.
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