Un cambio de colegio repentino, teniendo que empezar desde cero, siendo 'el nuevo' de la clase por un tiempo, una novatada por parte del ‘malo malísimo’ de clase, tomaduras de pelo, de las crueles, por parte de nuestros hermanos mayores…ya sabéis, 'bromas pesadas' que, con el tiempo, se transforman en recuerdos anecdóticos, y, en el peor de los casos, en traumas de infancia.
Recuerdo que cuando era pequeña, y creo que esa costumbre, no suele cambiar con las generaciones, era muy común el tema de los motes. Y no sé si se debe a esa especie de crueldad que muchas veces caracteriza a los niños, pero nadie hacía nada por cambiarlo. Los motes se asumían como algo normal. Si llevabas gafas eras un gafotas, y si eras un poquito entrado en carnes, multitud de nombres de lo más crueles se cernían sobre tu persona. Por no hablar de quien tuviera los dientes apiñados o algún defecto físico obvio. Entonces se podían cebar literalmente contigo.
Otro tema con el que los niños suelen arremeter, de pequeños, son los familiares. Y ya sabemos lo que duele que nos toquen a la familia. Por algo tira la sangre. Esto, es más común, en la pubertad. 'Que si tu madre es no se qué', 'que si tu hermana es no se cuantos'…¡Verdaderas crueldades!
Afortunadamente, la mayoría sobrevivimos a la infancia con una sonrisa, quedándonos con los buenos momentos, que fueron muchos. Pero otros, no han tenido tanta suerte, y recuerdan aquellos años en las aulas, como un verdadero infierno que les ha hecho pasar por la consulta del psicólogo más de una vez. Y ahora os pregunto.
¿Vosotros pensáis que se exagera mucho con esto de los traumas infantiles? ¿Sois de los que piensan que ahora se sobreprotege al menor?
¿Qué jugarreta de la infancia recordáis con el suficiente cariño como para contárnosla?