Lo primero que necesitamos es una buena planificación para emplear el mínimo tiempo posible con la mayor calidad. Tenemos que calcular cuánto tiempo tenemos disponible y qué momento concreto vamos a dedicar, si lo vamos a hacer entre todos en la familia, si podemos contar con ayuda externa…
También es importante ponerse ropa cómoda, pero no “cutre”.
Y decidir qué utensilios y productos vamos a utilizar.
Yo aconsejo los siguientes:
Productos
Detergente para madera
Jabón para el baño
Antical
Desengrasante tipo fairy
Detergente neutro tipo mistol
Limpiacristales
Lejía (cuanto menos mejor)
Amoníaco
Utensilios
Bayetas de microfibra
Mopa
Escoba o haragán
Recogedor
Cubo y fregona
Aspiradora
Estropajo
Cepillo de dientes
Plumero redondo antiestático
Respecto a la organización hay muchas entradas en pinterest.
Algunos trucos
Para limpiar el polvo coge con una mano la bayeta de microfibra y con la otra el plumero electrostático.
Usa el cepillo de dientes para frotar los sumideros, los tornillos del inodoro y alrededor de los grifos.
El robot aspiradora ahorra mucho tiempo y limpia bastante bien. Aunque necesitarás usar periódicamente una aspiradora tradicional para las zonas donde no llega el robot.
El antical es necesario para las ciudades donde el agua tiene mucha cal.
La lejía desinfecta pero tiene efectos secundarios. Es bastante tóxica, estropea la ropa si salpica. “Vivimos rodeados de microorganismos y no por ello estamos siempre enfermos. Por eso no hay que obsesionarse con la limpieza y la desinfección: nuestra casa debe estar limpia, pero no estéril como un quirófano. Además, por mucho que nos esforcemos, la desinfección siempre es momentánea: pasado un tiempo todo vuelve a estar poblado de bacterias, hongos, etc.” Esto es lo que dice un artículo de OCU. Puedes leer más aquí.
Cuanto menos cosas tengas en casa y más ordenadas, menos tiempo tendrás que emplear para limpiar. Quédate sólo con lo que usas, necesitas y te hace feliz. Pasa de la acumulación y el caos a la simplicidad y el orden.