En vez (o además) de comprarle el último modelo de carrito o de cuna, también hay que tener muy en cuenta los productos ecológicos para bebés que hay en el mercado.
Las empresas normales se preocupan mucho de realizar productos al menor coste posible, pero no ponen especial interés en que sean de la mejor calidad. Muchas veces se prefieren productos más agresivos para el cuerpo humano, pero más baratos, en vez de productos ecológicos, que son mucho más beneficiosos, a pesar de que el precio es un poco superior.
La piel de los bebés es tremendamente sensible y se debe tener especial cuidado con ellos, por eso es importante utilizar cremas, aceites, geles y champús apropiados. También cuidan más su piel los pañales ecológicos, que permiten una mayor transpiración gracias a sus micro poros, aunque no dejan pasar humedad. Incluso hay un colchón también ecológico que reduce el riesgo de que el bebé sufra una muerte súbita.
Otro tema aún más importante es la alimentación. Si no se ha podido dar el pecho o se ha decidido no hacerlo, se puede optar por leche ecológica para lactantes. Esta leche se obtiene de vacas alimentadas en pastos o forraje de cultivo ecológico y nunca se les administran antibióticos. Conforme van creciendo también se les pueden dar papillas y potitos especiales, que no llevan ingredientes extra para conservar el sabor, el color y el olor. Además los tarros de los potitos tienen un ancho especial para que el bebé empiece a comer sólo, o por lo menos lo intente…