Reconozco que en un primer momento la mano se me va a hacerlo yo por dos razones, una porque soy más rápida y dejo las cosas más limpias. Y la otra razón es porque me gusta mimarlas, cuidarlas…. y al hacerles las cosas siento que las “arropo maternalmente” jeje… creo que entendéis perfectamente a que me refiero.
Helena haciéndose sus tostadas (y yo “controlándome” porque las está rompiendo)
Pues si, lo reconozco, inicialmente tengo ese impulso de hacerlo yo en plan “ya está aquí mamá”. Pero me freno. A veces me voy a acercar a hacerlo yo, y me paro. Doy marcha atrás y simplemente hago como si no me hubiera acercado con la intención de hacerlo yo. Entonces me paro y las observo, miro como lo hacen y cómo lo resuelven ellas solitas.
Es muy bonito ese momento “mamá mirando a sus hijitas”… porque es un momento fotografía mental… o al menos yo le llamo así a esos momentos que quiero fijar en mi memoria eternamente, y a la vez no me apetece ir corriendo a por el teléfono para sacarles una foto. Me apetece simplemente respirar serenamente y disfrutar de un instante que se escapa.
Helena me suele decir que le deje hacerlo a ella solita y realmente creo que es lo mejor para ella, porque fomento su independencia. Yo lo que pienso es: si se lo hago ahora, mañana tendré que seguir haciéndolo, día tras día.
Pero si hoy le dejo hacerlo, muy pronto sabrá hacerlo ella y además de ser bueno para su independencia, es bueno para mi, porque os soy sincera, tengo ganas de descansar algún día jaja… seguro que así serán unas adolescentes ideales y no tendré ninguuuún problema ¿No? (jajaja….).