Los investigadores analizaron los niveles de vitamina D en muestras de sangre de más de 2.000 mujeres estadounidenses que dieron a luz a término a sus bebés. Aunque la recolección original fue hecha entre 1959 y 1965, las muestras de sangre fueron bien conservadas.
Las mujeres con niveles de vitamina D inferiores a 0.015 partes por millón en las primeras 26 semanas de embarazo tuvieron bebés que pesaron un promedio de alrededor de 1,6 onzas menos de lo normal, según el estudio.
Además, las mujeres que tenían deficiencia de vitamina D durante sus primeras 14 semanas de gestación eran dos veces más propensas a tener bebés cuyo peso estaba en el percentil 10, lo que significa que eran pequeños para su edad gestacional.
Los bebés nacidos pequeños para su edad gestacional tienen un mayor riesgo de morir durante su primer mes o de desarrollar enfermedades crónicas como enfermedades del corazón, presión arterial alta y diabetes tipo 2 más adelante en la vida.
La deficiencia de vitamina D durante el embarazo puede causar bajo peso al nacer por obstaculizar la absorción de calcio de la madre, lo que podría reducir el crecimiento óseo en el feto, según dijeron los autores del estudio.
La deficiencia de vitamina D también podría causar una disminución de las hormonas necesarias para producir la glucosa y los ácidos grasos que proporcionan la energía para el feto.
Este es uno de los mayores estudios que ha examinado los niveles de vitamina D de una madre y la relación con el peso del bebé al nacer.