Soy una mamá que intenta hacerlo bien. A mi manera. Ni mejor ni peor que el resto de las madres del mundo mundial.
Mi segundo hijo me ha hecho recapacitar mucho sobre este tema.
Cuando tuve al primero parecía que quería demostrar que podía hacerlo todo sola, que lo hacía todo fenomenal; odiaba los consejos con los que todo el mundo a mi alrededor me bombardeaba.
Y ese querer ser superwoman creo que muchas veces nos acarrea frustraciones y estrés innecesario provocado por nosotras mismas.
En nuestra cabeza se empiezan a colar un montón de sentimientos de culpa por no llegar a todo. Una recomendación: no les dejes entrar. Échalos y sigue estos seis consejos que te ayudarán a ser una mamá imperfecta, pero feliz.
Pide ayuda si es necesario. Si necesitas que te echen una mano con la casa, dejar a los niños unas horas con los abuelos, que la vecina te traiga el pan,...lo que sea. Pídelo. No te cortes. Tú también lo harías si otros te necesitasen ¿o no?
No es imprescindible tener la casa como los chorros del oro. No y no. Olvídate de pasar el paño a todas horas y de que tus suelos brillen cual espejos. Tener niños en casa supone que la mesa esté llena de juguetes, encontrar trozos de pan en los lugares más insospechados y tumbarte en la cama sobre el coche en miniatura que tu hijo perdió por la mañana
Saca tiempo para ti. Vete de compras, relájate un rato, sal a tomar algo con tus amigas, e incluso, date una ducha y luego túmbate en el sofá a leer un libro. No sólo es necesario, sino obligatorio a mi modo de ver.
No olvides que tienes una pareja. Del mismo modo que debes sacar cinco minutos para ti, también es "impepinable" dedicar tiempo a tu pareja. Salir de vez en cuando, o sencillamente estar solos, fortalecerá vuestros lazos y podréis hablar sin interrupciones. Entre otras cosas.
5. Usar comida precocinada y saltarse el baño de los niños no es pecado. No pasa nada. De verdad de la buena. Si a tu hijo no le importa comerse de vez en cuando un "potito", echa mano de ellos. Y si estás en el parque una tarde fresquita de verano la mar de agusto, no salgas corriendo cuando se hacen las 20:00 para bañar a los niños. Las toallitas van de maravilla para esos días "perrunos".
6. Juega, juega y juega. Es lo más importante. Las mamás que no son perfectas se revuelcan en la arena con sus hijos, saltan, se ensucian, se mojan jugando con globos de agua, ...
En definitiva, pasar tiempo efectivo con tus hijos es lo que ellos quieren de ti. Dedícales tu tiempo
Y recuerda:
No eres peor madre por colechar con tus hijos. No eres peor madre por dejarlos dormir solitos en su cuna y en su cuarto. No eres peor madre por quitarles los pañales a los 3 años. Tampoco eres peor mamá por dejar que lleven chupete hasta que ellos quieran. Y por supuesto no eres una mala mamá por darles biberón desde que nacen, ni lo eres por darles pecho hasta que van a primaria. Hay tantas opciones como madres y como niños.Seamos respetuosos. Eso sí.
Yo lo que tengo claro es que no quiero ser una mamá perfecta. Quiero ser una mamá real ¿y tú?(Este es el segundo post del Diario de mis menudos remolinos. Puedes ver la entrada anterior sobre qué significa ser mamá de dos chicos, aquí)